Cómo se hace un dios es una búsqueda por comprender cómo fueron creados los dioses y cómo, a pesar de sus transformaciones constantes, las deidades principales conservaron sus identidades y funciones originales, así como sus cultos y ritos a través de los siglos.
Tras la creación del cosmos surgen dioses más cercanos a los seres humanos, como el dios del maíz y el del viento. Este libro sigue las transformaciones de ambos, quienes se asemejan a los seres humanos en sus representaciones y llevan una vida cercana a la de ellos: nacen, se desarrollan, realizan hazañas memorables y a veces mueren. Sólo el dios del maíz resucita en cada cosecha y se vuelve inmortal. Al morir, se transforma en semilla que viaja al inframundo, donde es sembrada y luego renace como planta portentosa que derrama los granos que alegran la vida de los seres humanos.
El relato de los dioses del maíz y del viento es una página indeleble en la historia de Mesoamérica. Los dioses cambian, se multiplican, los antiguos cultos se conjugan con los nuevos y adquieren formas distintas en cada región. Sin embargo, las historias más antiguas y los relatos de los sobrevivientes actuales de Mesoamérica tienen como actor principal a la planta del maíz transformada en dios, la planta que significa la recreación imperecedera de la vida.
Tras la creación del cosmos surgen dioses más cercanos a los seres humanos, como el dios del maíz y el del viento. Este libro sigue las transformaciones de ambos, quienes se asemejan a los seres humanos en sus representaciones y llevan una vida cercana a la de ellos: nacen, se desarrollan, realizan hazañas memorables y a veces mueren. Sólo el dios del maíz resucita en cada cosecha y se vuelve inmortal. Al morir, se transforma en semilla que viaja al inframundo, donde es sembrada y luego renace como planta portentosa que derrama los granos que alegran la vida de los seres humanos.
El relato de los dioses del maíz y del viento es una página indeleble en la historia de Mesoamérica. Los dioses cambian, se multiplican, los antiguos cultos se conjugan con los nuevos y adquieren formas distintas en cada región. Sin embargo, las historias más antiguas y los relatos de los sobrevivientes actuales de Mesoamérica tienen como actor principal a la planta del maíz transformada en dios, la planta que significa la recreación imperecedera de la vida.