Incluye audio del autor.
Los antiguos hacían del cuidado y embellecimiento del cuerpo todo un ritual que convocaba a dioses y fuerzas estelares.
Cleopatra, la bellísima Cleopatra, quien bañaba su cuerpo y ropa en sutiles y encantadores inciensos, es la imagen perfecta de ese ritual mágico que hoy, inexplicablemente, hemos permutado por un consumismo excesivo.
En realidad, somos crueles y desatentos con nuestro cuerpo: lo estimamos poco. El desaliño y el arreglo excesivo, aunque opuestos, tienen en común el escaso aprecio que nos tenemos: nos agraciamos con productos que a la postre perjudicarán nuestra piel y cabello, nuestras manos y rostro. Al amparo de una efímera donosura, empañamos nuestra salud.
Río de consejos y aluvión de buenas palabras en honor y en amor a la belleza y los cuidados del cuerpo, Cómo ser bella con las enseñanzas de mamá grande II, muestra cómo preparar, fácil y económicamente, cremas, cosméticos, ungüentos, esencias, inciensos, aceites y fragancias; todo ello para evitar las arrugas, pequeñas manchas y el maltrato del cabello, entre otras imperfecciones que sufrimos.
Quiera a su cuerpo, aprenda métodos para preparar, a base de especias, frutas, hierbas y aceites de sencilla obtención, menjurjes que lo protejan de cualquier daño ocasionado por el mundo exterior; conozca cómo regenerar sus células y postergar así el envejecimiento prematuro en su piel.
Si desea lucir esplendente, cobíjese bajo el útil consejo de Martha Figueroa de Dueñas, siempre preocupada por cuidar y alentar el embellecimiento de hombres y mujeres, pues como suponían los antiguos, una mente sana sólo existe en un cuerpo sano.
Los antiguos hacían del cuidado y embellecimiento del cuerpo todo un ritual que convocaba a dioses y fuerzas estelares.
Cleopatra, la bellísima Cleopatra, quien bañaba su cuerpo y ropa en sutiles y encantadores inciensos, es la imagen perfecta de ese ritual mágico que hoy, inexplicablemente, hemos permutado por un consumismo excesivo.
En realidad, somos crueles y desatentos con nuestro cuerpo: lo estimamos poco. El desaliño y el arreglo excesivo, aunque opuestos, tienen en común el escaso aprecio que nos tenemos: nos agraciamos con productos que a la postre perjudicarán nuestra piel y cabello, nuestras manos y rostro. Al amparo de una efímera donosura, empañamos nuestra salud.
Río de consejos y aluvión de buenas palabras en honor y en amor a la belleza y los cuidados del cuerpo, Cómo ser bella con las enseñanzas de mamá grande II, muestra cómo preparar, fácil y económicamente, cremas, cosméticos, ungüentos, esencias, inciensos, aceites y fragancias; todo ello para evitar las arrugas, pequeñas manchas y el maltrato del cabello, entre otras imperfecciones que sufrimos.
Quiera a su cuerpo, aprenda métodos para preparar, a base de especias, frutas, hierbas y aceites de sencilla obtención, menjurjes que lo protejan de cualquier daño ocasionado por el mundo exterior; conozca cómo regenerar sus células y postergar así el envejecimiento prematuro en su piel.
Si desea lucir esplendente, cobíjese bajo el útil consejo de Martha Figueroa de Dueñas, siempre preocupada por cuidar y alentar el embellecimiento de hombres y mujeres, pues como suponían los antiguos, una mente sana sólo existe en un cuerpo sano.