Novela Ganadora del III Concurso Internacional de Novela Contacto Latino (2015) - En “Complot para matar a un nini”, Yago, un joven de 17 años, como tantos otros, no encuentra su lugar en un mundo que le exige ser productivo, pero que para ayudarlo le ofrece salidas absurdas y contradictorias. El desdeñoso mote que recibe, acuñado por su familia disfuncional, y muchas veces reafirmado por los medios de comunicación y los propios gobiernos es el de “nini” (ni estudia ni trabaja). Asistente en una funeraria de medio pelo, ayudante de portero en un edificio, y hasta traficante de fármacos, serán los caminos que recorra Yago en la búsqueda de aceptación y reconocimiento. En ese periplo conocerá personajes disparatados y vivirá situaciones tragicómicas, a riesgo de que el camino se convierta en un laberinto sin salida ni retorno.
“Resulta una experiencia verdaderamente subyugante dejarse empapar en la sugerente magia que se desborda paulatinamente, con una pulcra cadencia casi inaprensible incluso para las más avezadas y exigentes sensibilidades, de la lectura de “Complot para matar a un nini”. Más allá de una trama electrizante y poderosa, siempre tan cautivadora y de agradecer, o de una perfecta simbiosis –lograda con sutil precisión y no sin ciertas dosis de neorrealismo mágico de temática social– entre una arquitectura narrativa y contextual de profunda riqueza y un estilo fulgurante y más que vertiginoso, que a todas luces nos incita a abandonarnos a la aventura y a la trama sin matices, cabría hablar, ante todo, de una historia de trasfondos personales, de submundos inexplorados o de arrebatadoras intrahistorias que se solapan en una inimaginable amalgama de sensaciones y diálogos sobrevenidos en los que se revela y se termina reconociendo, no sin cierto pudor, el propio lector desnudo frente a sí mismo y frente al rompeolas de sus recuerdos, de su conciencia o, si cabe, de sus más fugaces desengaños. Es decir, frente al abismo cotidiano de sus íntimas soledades. Novela total, de libérrimas y evocadoras emociones y acaso de tentaciones también, puramente catártica para los lectores de paladares exquisitos, que irremisiblemente lleva –nos lleva– a navegar por las procelosas aguas siempre cristalinas de la alta literatura”.
–Luis Miguel Helguera San José - Escritor y juez del concurso
“Resulta una experiencia verdaderamente subyugante dejarse empapar en la sugerente magia que se desborda paulatinamente, con una pulcra cadencia casi inaprensible incluso para las más avezadas y exigentes sensibilidades, de la lectura de “Complot para matar a un nini”. Más allá de una trama electrizante y poderosa, siempre tan cautivadora y de agradecer, o de una perfecta simbiosis –lograda con sutil precisión y no sin ciertas dosis de neorrealismo mágico de temática social– entre una arquitectura narrativa y contextual de profunda riqueza y un estilo fulgurante y más que vertiginoso, que a todas luces nos incita a abandonarnos a la aventura y a la trama sin matices, cabría hablar, ante todo, de una historia de trasfondos personales, de submundos inexplorados o de arrebatadoras intrahistorias que se solapan en una inimaginable amalgama de sensaciones y diálogos sobrevenidos en los que se revela y se termina reconociendo, no sin cierto pudor, el propio lector desnudo frente a sí mismo y frente al rompeolas de sus recuerdos, de su conciencia o, si cabe, de sus más fugaces desengaños. Es decir, frente al abismo cotidiano de sus íntimas soledades. Novela total, de libérrimas y evocadoras emociones y acaso de tentaciones también, puramente catártica para los lectores de paladares exquisitos, que irremisiblemente lleva –nos lleva– a navegar por las procelosas aguas siempre cristalinas de la alta literatura”.
–Luis Miguel Helguera San José - Escritor y juez del concurso