Este libro reúne siete entrevistas realizadas por Mario Kaplún en 1991 a quienes él considera padres fundadores del campo de la comunicación en América Latina: Luis Ramiro Beltrán (boliviano), Antonio Pasquali (venezolano), Héctor Schmucler (argentino), Jose Marques de Melo (brasileño), Rafael Roncagliolo (peruano), Eleazar Díaz Rangel (venezolano) y Fátima Fernández (mexicana). Luego de varios años de extravío, las cintas fueron recuperadas y digitalizadas gracias al trabajo de Tintable con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (fonca) de México.
Mario Kaplún interroga a sus entrevistados sobre aspectos clave para entender el origen de la mirada latinoamericana respecto a la comunicación, pero antes, y sin duda fundamental, les cuestiona sobre sus vidas y cómo esas vidas y experiencias los llevaron al análisis de la comunicación y los medios.
Asimismo, en el momento de su realización, las entrevistas se preocupan por lograr un balance crítico tras una década de las discusiones y el diagnóstico que llevaron a la unesco a plantear la necesidad de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación, y la formulación e implementación de políticas nacionales de comunicación.
Hoy el escenario es inestable y obliga a replantear las agendas de investigación y las estrategias de intervención. Es ahí donde este proyecto se inscribe y encuentra sentido. No se trata, por tanto, de mera nostalgia. Pretende ser un instrumento para interrogar acerca de dónde nos encontramos, reconocer nuestros orígenes y trazar nuestra acción futura.
Mario Kaplún interroga a sus entrevistados sobre aspectos clave para entender el origen de la mirada latinoamericana respecto a la comunicación, pero antes, y sin duda fundamental, les cuestiona sobre sus vidas y cómo esas vidas y experiencias los llevaron al análisis de la comunicación y los medios.
Asimismo, en el momento de su realización, las entrevistas se preocupan por lograr un balance crítico tras una década de las discusiones y el diagnóstico que llevaron a la unesco a plantear la necesidad de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación, y la formulación e implementación de políticas nacionales de comunicación.
Hoy el escenario es inestable y obliga a replantear las agendas de investigación y las estrategias de intervención. Es ahí donde este proyecto se inscribe y encuentra sentido. No se trata, por tanto, de mera nostalgia. Pretende ser un instrumento para interrogar acerca de dónde nos encontramos, reconocer nuestros orígenes y trazar nuestra acción futura.