Ricardo Acirón es ajeno a prácticas que coinciden en el empeño de monopolizar la verdad. En una ocasión Jorge Luis Borges aconsejó no querer tener razón en las discusiones. La pretensión de tener razón a todo trance empobrece cualquier diálogo y reduce el debate a una confrontación vocinglera. Acirón, en sus columnas, exhibe sus razones, pero no las hinca como un pendón irrenunciable en el abrupto terreno de la polémica. Las columnas recogidas en este libro, publicadas en el diario La Opinión de Tenerife, reclaman, desde su mismo título (Con permiso) el civismo y la cordialidad como formas de expresión para practicar la crítica desde el respeto y la independencia. Alfonso González Jerez
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.