La vida es movimiento. La existencia desde el nacimiento hasta la tumba es un constante fluir de energía que se condensa en el ser y en el no-ser. Estar vivo es la mayor realización y la más grande oportunidad que se presenta ante nuestros ojos. Es el momento de hacer frente a todos los elementos que nos constituyen y que, en suma, están ahí para fortalecernos. Alegrías, tristezas, afanes, penas, dolores, melancolías, esperanzas y un amplio y variado panorama de emociones, pasiones, sentimientos y pensamientos que a lo largo de nuestra existencia se harán con el control –más o menos temporal– de nuestra vida.
Nadie sube la montaña por nosotros. Este camino debemos hacerlo con el único ser que nos acompañará siempre: nosotros mismos. Dentro de nuestro cuerpo físico reside el verdadero ser, aquel, que, a modo de voz contenida, trata de dirigir nuestra existencia hacia lo bueno, lo bello, lo justo, lo eterno. Un completo desconocido para el común de las personas, un guía y Maestro para unos cuantos iniciados en los misterios profundos de la existencia humana y la constitución del universo. Este libro es una invitacion a contactar con ese ser interno, pues de nosotros depende que dicho contacto se de y sea productivo.
Nadie sube la montaña por nosotros. Este camino debemos hacerlo con el único ser que nos acompañará siempre: nosotros mismos. Dentro de nuestro cuerpo físico reside el verdadero ser, aquel, que, a modo de voz contenida, trata de dirigir nuestra existencia hacia lo bueno, lo bello, lo justo, lo eterno. Un completo desconocido para el común de las personas, un guía y Maestro para unos cuantos iniciados en los misterios profundos de la existencia humana y la constitución del universo. Este libro es una invitacion a contactar con ese ser interno, pues de nosotros depende que dicho contacto se de y sea productivo.