La autora, en mi opinión, ha captado la piedra angular de este tipo de poema breve (haiku): la emoción profunda que provoca la percepción de la naturaleza y yo diría más, la percepción de cualquier otro suceso al cual se enfrenta en su vida el haijin (poeta que escribe haikus).
En estas páginas pueden apreciarse no solo los haikus escritos por Raquel, sino que Idolka ha sido capaz, con su lente y sensibilidad de artista, de captar imágenes y ofrecérnoslas como «haikus visuales» (si es que me permiten los especialistas utilizar esta frase). Y es que también hay emoción al percibir la naturaleza y entregarnos su visión del mundo. Idolka sabe jugar con los colores, los blanco y negros, con las sombras, porque también así son las emociones.
En estas páginas pueden apreciarse no solo los haikus escritos por Raquel, sino que Idolka ha sido capaz, con su lente y sensibilidad de artista, de captar imágenes y ofrecérnoslas como «haikus visuales» (si es que me permiten los especialistas utilizar esta frase). Y es que también hay emoción al percibir la naturaleza y entregarnos su visión del mundo. Idolka sabe jugar con los colores, los blanco y negros, con las sombras, porque también así son las emociones.