El cáncer puede llegar a ser una de las experiencias más difíciles de nuestra vida. Y no solo me refiero a la experiencia de un paciente, sino también a la de sus familiares y amigos más cercanos. Si a uno de tus seres queridos le han diagnosticado cáncer, sabrás que se trata de algo que te marca para siempre.
A pesar de que las posibilidades de curación son cada vez mejores, el diagnóstico de esta enfermedad sigue causando un gran impacto, más aún cuando se trata de alguien a quien quieres. La palabra cáncer se ha convertido en un sinónimo de pesimismo, más allá del tipo que sea o de su gravedad.
Recibir una noticia de estas características siempre será muy estresante. Si a esto le añadimos la presión de no saber qué decir cuando estamos frente a la persona afectada, que seguramente querrá contar con nosotros (ya que temes decir algo inapropiado, que a la larga solo serviría para acentuar su dolor e incertidumbre), el estrés puede llegar a ser devastador.
Muy pocas personas están preparadas para lidiar con esta situación, ya que no hay una fórmula mágica o frase perfecta que podamos utilizar siempre para brindarle confianza o aliviarle el dolor y las preocupaciones a un paciente de cáncer.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada persona (y, por lo tanto, cada caso) es diferente.
Cuando una persona atraviesa una etapa dolorosa, es importante que tenga a alguien a su lado que esté dispuesto a escuchar. Para que tu compañía sea aún más provechosa para tu ser querido y para ti, existen ciertas pautas que puedes seguir.
Aquellos a los que nunca nos han diagnosticado cáncer solo podemos imaginarnos lo que se siente recibir esa noticia. Las sensaciones, pensamientos y preocupaciones que determinan el estado de ánimo y humor del paciente van cambiando de forma continua y sin control. Nunca los podremos conocer a ciencia cierta.
Por eso, hemos recopilado una serie de anécdotas de pacientes de cáncer, que nos han permitido crear esta guía de cómo comportarnos y comunicarnos con ese ser querido afectado por esta difícil enfermedad.
Los protagonistas de los casos en los que nos basamos para llevarles de primera mano los sentimientos y deseos de un paciente de cáncer (además de los detalles de lo que nunca debemos hacer al conversar con este) son las personas a las que serví cuando dirigía una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo era brindar apoyo a los afectados por esta enfermedad.
Las enseñanzas que estos héroes del día a día me brindaron fueron maravillosas. Nuestras largas conversaciones llenaron mi vida de intensidad y de muchas horas colmadas de risas, llanto, dolor, alegría, esperanza, fe y abundante amor, que hoy nos servirán para darle vida a esta guía y para que, a través de ella, tengamos las herramientas necesarias para convertirnos en un valioso aporte para nuestros seres queridos cuando más nos necesiten.
A pesar de que las posibilidades de curación son cada vez mejores, el diagnóstico de esta enfermedad sigue causando un gran impacto, más aún cuando se trata de alguien a quien quieres. La palabra cáncer se ha convertido en un sinónimo de pesimismo, más allá del tipo que sea o de su gravedad.
Recibir una noticia de estas características siempre será muy estresante. Si a esto le añadimos la presión de no saber qué decir cuando estamos frente a la persona afectada, que seguramente querrá contar con nosotros (ya que temes decir algo inapropiado, que a la larga solo serviría para acentuar su dolor e incertidumbre), el estrés puede llegar a ser devastador.
Muy pocas personas están preparadas para lidiar con esta situación, ya que no hay una fórmula mágica o frase perfecta que podamos utilizar siempre para brindarle confianza o aliviarle el dolor y las preocupaciones a un paciente de cáncer.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada persona (y, por lo tanto, cada caso) es diferente.
Cuando una persona atraviesa una etapa dolorosa, es importante que tenga a alguien a su lado que esté dispuesto a escuchar. Para que tu compañía sea aún más provechosa para tu ser querido y para ti, existen ciertas pautas que puedes seguir.
Aquellos a los que nunca nos han diagnosticado cáncer solo podemos imaginarnos lo que se siente recibir esa noticia. Las sensaciones, pensamientos y preocupaciones que determinan el estado de ánimo y humor del paciente van cambiando de forma continua y sin control. Nunca los podremos conocer a ciencia cierta.
Por eso, hemos recopilado una serie de anécdotas de pacientes de cáncer, que nos han permitido crear esta guía de cómo comportarnos y comunicarnos con ese ser querido afectado por esta difícil enfermedad.
Los protagonistas de los casos en los que nos basamos para llevarles de primera mano los sentimientos y deseos de un paciente de cáncer (además de los detalles de lo que nunca debemos hacer al conversar con este) son las personas a las que serví cuando dirigía una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo era brindar apoyo a los afectados por esta enfermedad.
Las enseñanzas que estos héroes del día a día me brindaron fueron maravillosas. Nuestras largas conversaciones llenaron mi vida de intensidad y de muchas horas colmadas de risas, llanto, dolor, alegría, esperanza, fe y abundante amor, que hoy nos servirán para darle vida a esta guía y para que, a través de ella, tengamos las herramientas necesarias para convertirnos en un valioso aporte para nuestros seres queridos cuando más nos necesiten.