“Corpus en Yo Mayor”, reúne lo mejor de obra poética de Patricia Merizalde. Este libro en un tributo a su obra y está conformado de tres poemarios: “Las Cofradias de Eros”,
Premio Embajada de Chile, concurso Nacional de Poesía Gabriela Mistral, 1998 y editado en 2012; “Del Amor y otros Fuegos”, 2012; y “Jardines de Eva”, 2015
La poesía de Patricia Merizalde es fiel a sí misma…, como un complemento de colores y de palabras. Además Patricia ha descubierto un ritmo, una forma de cortar la respiración de sus poemas, un momento del arte menor del ritmo interno en donde la música de su poesía se hace eco en los otros son versos heptasilábicos u octosílabos que le dan mayor movilidad al uso de la sensualidad.
La voz poética, siempre con una femineidad políticamente correcta, se deja llevar por el misterio de un actuante poético, un hombre nítidamente fuerte y sensual que atormenta a la voz femenina. Así como en la historia de la poesía erótica siempre estuvo presente un cruel desamor, una cruel habitación de llanto y espera, como la que hizo irse a Alfonsina, como la que gritó en la voz de Juana de Ibarbouru, como la que sometió a la Pizarnik, como la que destruyó a Olga Orozco, como la que sacudió a Dolores Veintimilla, como la que aplanó a Delmira Agustini, como la que azotó a Rosario Castellanos, como la que hundió a Elisa Estrada y Ayala.
Causa asombro la fidelidad de Patricia por esta poesía, como que el poema es interminable.
Premio Embajada de Chile, concurso Nacional de Poesía Gabriela Mistral, 1998 y editado en 2012; “Del Amor y otros Fuegos”, 2012; y “Jardines de Eva”, 2015
La poesía de Patricia Merizalde es fiel a sí misma…, como un complemento de colores y de palabras. Además Patricia ha descubierto un ritmo, una forma de cortar la respiración de sus poemas, un momento del arte menor del ritmo interno en donde la música de su poesía se hace eco en los otros son versos heptasilábicos u octosílabos que le dan mayor movilidad al uso de la sensualidad.
La voz poética, siempre con una femineidad políticamente correcta, se deja llevar por el misterio de un actuante poético, un hombre nítidamente fuerte y sensual que atormenta a la voz femenina. Así como en la historia de la poesía erótica siempre estuvo presente un cruel desamor, una cruel habitación de llanto y espera, como la que hizo irse a Alfonsina, como la que gritó en la voz de Juana de Ibarbouru, como la que sometió a la Pizarnik, como la que destruyó a Olga Orozco, como la que sacudió a Dolores Veintimilla, como la que aplanó a Delmira Agustini, como la que azotó a Rosario Castellanos, como la que hundió a Elisa Estrada y Ayala.
Causa asombro la fidelidad de Patricia por esta poesía, como que el poema es interminable.