El siglo XVIII llegó bajo el sonido de los tambores de guerra...con claro acento británico. La poderosa nación estaba decidida a consolidar las posiciones ganadas en la anterior centuria e incluso, como no, a expandirlas de forma determinante hasta imprimirle otro giro a la Historia.
Para ello se valió de todos sus recursos materiales y humanos, sin escatimar, con la certeza de que estaban construyendo un futuro de carácter, como se diría ahora, global. Del otro lado España, adversario formidable, batallador hasta la muerte. Poderosa, pero en franco declive. Ambas naciones se ensalzaron en una lucha sin cuartel, una guerra demoledora, donde brillo y murió lo mejor de ambos bandos.
El Caribe era un campo de batalla. Presenció los cambios de las estrategias, mejores buques surcarán sus aguas y allí se dirimió una parte del futuro de estos dos países, y otros no menos significativos como Holanda y Francia.
El encono entre los años 1703 y 1748 fue de proporciones dramáticas.
En este trabajo proponemos un acercamiento a lo que aconteció en el lapso arriba citado, finalizando con uno de los combates navales más importantes del siglo XVIII en el Caribe.
Para ello se valió de todos sus recursos materiales y humanos, sin escatimar, con la certeza de que estaban construyendo un futuro de carácter, como se diría ahora, global. Del otro lado España, adversario formidable, batallador hasta la muerte. Poderosa, pero en franco declive. Ambas naciones se ensalzaron en una lucha sin cuartel, una guerra demoledora, donde brillo y murió lo mejor de ambos bandos.
El Caribe era un campo de batalla. Presenció los cambios de las estrategias, mejores buques surcarán sus aguas y allí se dirimió una parte del futuro de estos dos países, y otros no menos significativos como Holanda y Francia.
El encono entre los años 1703 y 1748 fue de proporciones dramáticas.
En este trabajo proponemos un acercamiento a lo que aconteció en el lapso arriba citado, finalizando con uno de los combates navales más importantes del siglo XVIII en el Caribe.