Cecilia puso un escudo alrededor de su corazón, un escudo que le ha permitido vivir todos estos años. Su mundo es pequeño, diminuto, porque así lo ha decidido. “Si nadie entra, nadie puede salir”.
Augusto vive con el recuerdo constante del pasado, lo persigue, lo atormenta sólo porque así lo ha elegido. “Los hombres no lloran, los hombres se quiebran por dentro en silencio.”
Luego de una relación fallida de cinco años, Cecilia Quevedo busca un cambio obligatorio en su vida, y acepta el puesto de asistente de gerencia en una Compañía Automotriz de renombre internacional. Augusto J.M Alzaga, se cruza en su camino, y la atracción entre ellos se convierte en algo inevitable.
“Quería enloquecerla, quería hacerla adicta a él, quería marcar su cuerpo con el fuego de sus besos, y dejar su firma para que nadie más pudiera tenerla, sólo él”
Un hombre anclado en el pasado. Una mujer dispuesta a no cometer los mismos errores.
Dos cuerpos que se atraen en un juego de pasión que rompe sus propias reglas.
¿Se le puede enseñar al corazón a no amar? No, no se puede. Un corazón puede callar, un corazón puede ocultar, pero nunca, nunca dejar de amar.
Libro 2 .:
"Cuando digas mi nombre... una vez más" -Disponible también en ésta plataforma-
Augusto vive con el recuerdo constante del pasado, lo persigue, lo atormenta sólo porque así lo ha elegido. “Los hombres no lloran, los hombres se quiebran por dentro en silencio.”
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“Quería enloquecerla, quería hacerla adicta a él, quería marcar su cuerpo con el fuego de sus besos, y dejar su firma para que nadie más pudiera tenerla, sólo él”
Un hombre anclado en el pasado. Una mujer dispuesta a no cometer los mismos errores.
Dos cuerpos que se atraen en un juego de pasión que rompe sus propias reglas.
¿Se le puede enseñar al corazón a no amar? No, no se puede. Un corazón puede callar, un corazón puede ocultar, pero nunca, nunca dejar de amar.
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