He aquí una reconstrucción de los duros sucesos que acompañaron a la expulsión de los “moriscos” del reino de Valencia (1609); un acontecimientos que marcó el correr de la historia de España.
Los “moriscos” eran los descendientes de los pobladores musulmanes de Al-Ándalus, llamados tal tras su bautizo forzoso en 1502.
Mientras que la obra que tenemos entre manos aborda la dimensión humana de aquella efeméride, girando en torno a una exposición panorámica pasmada en crónicas visuales de las escenas ocurridas entonces, también recoge textos de otros trabajos de investigación, que dejaban constancia del drama que afectó a aquellos andalusíes, desde distintos ángulos.
Sobre la entrada de los árabes en la Península Ibérica y el fenómeno de Al-Ándalus, que surgió progresivamente a partir del siglo VIII, decía el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) en su obra “La Catedral” que: “La España de entonces recibió con agrado a las gentes que venían de África: los pueblos se entregaban sin resistencia; un pelotón de jinetes árabes bastaba para que se abriesen las puertas de una ciudad. Era una expedición civilizadora, más bien que una conquista, (…). Era el Oriente que entraba en Europa, (…) No era una invasión que se contiene con las armas; era una civilización joven que echaba raíces por todos lados. (…) Del siglo VIII al XV se fundaba y se desarrollaba la más elevada y opulenta civilización de Europa en la Edad Media”.
Y en tanto que las relaciones humanas y la interacción cultural deberían fomentar el espíritu de tolerancia, y abrir caminos de entendimiento y cooperación entre los pueblos, concienciar al lector sobre el alcance de la tragedia/los lazos comunes que unen España con el mundo árabe –en este caso- quiere dar ejemplo y suponer una mejor condición, para favorecer nuestra actual armónica realidad social; de carácter multicultural y étnico, sea en suelo español o en el propio mundo árabe o en cualquiera parte del planeta. Esto es a lo que aspira contribuir –aunque modestamente- este libro.
Los “moriscos” eran los descendientes de los pobladores musulmanes de Al-Ándalus, llamados tal tras su bautizo forzoso en 1502.
Mientras que la obra que tenemos entre manos aborda la dimensión humana de aquella efeméride, girando en torno a una exposición panorámica pasmada en crónicas visuales de las escenas ocurridas entonces, también recoge textos de otros trabajos de investigación, que dejaban constancia del drama que afectó a aquellos andalusíes, desde distintos ángulos.
Sobre la entrada de los árabes en la Península Ibérica y el fenómeno de Al-Ándalus, que surgió progresivamente a partir del siglo VIII, decía el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) en su obra “La Catedral” que: “La España de entonces recibió con agrado a las gentes que venían de África: los pueblos se entregaban sin resistencia; un pelotón de jinetes árabes bastaba para que se abriesen las puertas de una ciudad. Era una expedición civilizadora, más bien que una conquista, (…). Era el Oriente que entraba en Europa, (…) No era una invasión que se contiene con las armas; era una civilización joven que echaba raíces por todos lados. (…) Del siglo VIII al XV se fundaba y se desarrollaba la más elevada y opulenta civilización de Europa en la Edad Media”.
Y en tanto que las relaciones humanas y la interacción cultural deberían fomentar el espíritu de tolerancia, y abrir caminos de entendimiento y cooperación entre los pueblos, concienciar al lector sobre el alcance de la tragedia/los lazos comunes que unen España con el mundo árabe –en este caso- quiere dar ejemplo y suponer una mejor condición, para favorecer nuestra actual armónica realidad social; de carácter multicultural y étnico, sea en suelo español o en el propio mundo árabe o en cualquiera parte del planeta. Esto es a lo que aspira contribuir –aunque modestamente- este libro.