«En Chéjov es más importante lo que sucede por debajo de la piel del cuento que la piel del cuento misma.» José María Guelbenzu, El País
«Lo más importante, y lo que más grata hace la lectura de estos cuentos, es que el escritor ruso consigue provocar en el lector sensaciones y emociones, pese a la amargura que invade su obra.» Solodelibros
Este volumen reúne sesenta cuentos de Chéjov cuidadosamente seleccionados y traducidos por Víctor Gallego con la intención de que el lector español disponga de una antología extensa y representativa de la narrativa breve del gran escritor ruso. Prescindiendo de las novelas cortas, ofrece una panorámica amplia y en muchas ocasiones inédita en nuestra lengua del cuento chejoviano, desde las implacables piezas humorísticas de sus primeros años hasta las complejas composiciones de su última época, en un arco cronológico que abarca de 1883 a 1902.
Nabokov definía al héroe chejoviano como «un hombre bueno incapaz de hacer el bien», que «combina la más profunda decencia de que es capaz el ser humano con una incapacidad casi ridícula para poner en práctica sus ideas y principios». Actos y decisiones que salvan una vida o una fortuna pero que acarrean sentimientos de desprecio por quien los lleva a cabo, cambios impredecibles e inexplicados que se producen en un tiempo relámpago pero que pueden determinar toda una vida, «un deseo indefinido» que al realizarse nunca alcanza la conciencia de satisfacción... Chéjov buscaba transmitir, reproducir la fluidez acaso sin rumbo de la vida, no sólo pintando estados de ánimo, sino siendo capaz de crearlos en el lector. Tal vez sea éste el secreto que desde el principio ambicionaron sus contemporáneos y luego sus seguidores, de Katharine Mansfield a Raymond Carver, y la razón de la vigencia de su estilo, aún hoy emulado.
Antón Pávlovich Chéjov nació en Taganrog, a orillas del mar de Azov, en el sur de Rusia, en 1860. Hijo de un modesto comerciante, antiguo siervo que había conseguido comprar su libertad, así como la de su mujer y sus hijos, hizo sus primeros estudios en su ciudad natal. En 1879 ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Moscú: «La familiaridad con las ciencias naturales y con los métodos científicos –escribiría– siempre me ha tenido en guardia, y siempre he intentado, cuando ha sido posible, ser coherente con los hechos de la ciencia, y, cuando no lo ha sido, he preferido no escribir». Desde el primer curso empezó a publicar «cuadros humorísticos» en revistas, con los que conseguía mantener a toda su familia (su padre, endeudado, su madre y sus hermanos habían tenido que trasladarse con él a Moscú), y pocos años después ya era un escritor profesional reconocido. 1888 fue un año clave en su carrera: publicó su novela corta La estepa (ALBA CLÁSICA núm. LIII, junto con En el barranco), escribió su primera obra teatral, Ivanov, y recibió el premio Pushkin. En 1890 viajó a la isla de Sajalín, «con la intención de escribir un libro sobre nuestra colonia penal», que aparecería al año siguiente con el título de La isla de Sajalín. En 1896 estrenó La gaviota, su primer gran éxito en la escena, al que siguieron El tío Vania (1899), Tres hermanas (1901) y El jardín de los cerezos (1904). Maestro del relato corto, algunas de sus obras más importantes se encuentran en ese género, en el que ha ejercido una influencia que aún hoy sigue vigente. Chéjov murió en Badenweiller en 1904.