Cuentos de las Américas (Contos das Américas en su versión original en gallego) recoge narraciones breves del ciclo americano de Xavier Alcalá en una sucesión geográfica, de Norte a Sur:
L.A. Flash presenta la jungla de cemento y asfalto de Los Ángeles. Es la primera “crónica de viaje fabulada” de Xavier Alcalá. El mundo de la capital californiana pasa por las páginas del relato como iluminado por un flash. Mezcla de gentes de todo el mundo, entre los rascacielos del centro, las arenas de Malibú y los altos resecos de Hollywood pulula una enorme masa humana. De ella se sirve una pareja de emigrantes prototípicos, que dejaron Londres por la ciudad a la que Frank Sinatra llama “Heaven”, el Paraíso.
Látex penetra en una jungla de madera y agua. Introduce al lector en las honduras del seringal brasileño, un mundo perdido, cerrado por la fronda que no deja ver nada, del que difícilmente podrán escapar los esclavos que hasta allí llegaron engañados.
Desde el puente traslada al lector a otra “cárcel verde” de las que el narrador fue conociendo por las Américas. En la selva paraguaya, abierta para criar ganado, alguien descubre lo increíble y hace relación minuciosa de su descubrimiento: un caso más de emigración aparentemente forzada por la miseria económica de la posguerra en España, pero realmente motivada por algo mucho más grave, que el protagonista intenta ocultar donde cree que nadie podrá encontrarlo.
El Petiso Montotto cuenta una historia del Far South argentino, así llamado por los colonos británicos de aquellas soledades. En este relato sobre el Lejano Sur Xavier Alcalá no centra la acción sobre el enfrentamiento de los huincas (cristianos) contra los “salvajes”, como en otras obras de su ciclo argentino. La empieza cuando de los indios sólo quedan tumbas y sobre ellas pace el ganado de los exterminadores “ingleses”. Por los desiertos patagónicos el viento trae voces de anarquismo y la revuelta acaba provocando la intervención del ejército.
L.A. Flash presenta la jungla de cemento y asfalto de Los Ángeles. Es la primera “crónica de viaje fabulada” de Xavier Alcalá. El mundo de la capital californiana pasa por las páginas del relato como iluminado por un flash. Mezcla de gentes de todo el mundo, entre los rascacielos del centro, las arenas de Malibú y los altos resecos de Hollywood pulula una enorme masa humana. De ella se sirve una pareja de emigrantes prototípicos, que dejaron Londres por la ciudad a la que Frank Sinatra llama “Heaven”, el Paraíso.
Látex penetra en una jungla de madera y agua. Introduce al lector en las honduras del seringal brasileño, un mundo perdido, cerrado por la fronda que no deja ver nada, del que difícilmente podrán escapar los esclavos que hasta allí llegaron engañados.
Desde el puente traslada al lector a otra “cárcel verde” de las que el narrador fue conociendo por las Américas. En la selva paraguaya, abierta para criar ganado, alguien descubre lo increíble y hace relación minuciosa de su descubrimiento: un caso más de emigración aparentemente forzada por la miseria económica de la posguerra en España, pero realmente motivada por algo mucho más grave, que el protagonista intenta ocultar donde cree que nadie podrá encontrarlo.
El Petiso Montotto cuenta una historia del Far South argentino, así llamado por los colonos británicos de aquellas soledades. En este relato sobre el Lejano Sur Xavier Alcalá no centra la acción sobre el enfrentamiento de los huincas (cristianos) contra los “salvajes”, como en otras obras de su ciclo argentino. La empieza cuando de los indios sólo quedan tumbas y sobre ellas pace el ganado de los exterminadores “ingleses”. Por los desiertos patagónicos el viento trae voces de anarquismo y la revuelta acaba provocando la intervención del ejército.