Los alimentos no poseen una forma, sabor, olor y color aleatorios. Están diseñados mediante un proceso inteligente imposible de cuantificar, constituyendo el conjunto de sus elementos lo que denominamos como personalidad. Si fundimos cada alimento y su personalidad con aquellas zonas de nuestro cuerpo que vibran de forma similar, conseguiremos armonizar nuestro campo energético. Una vez conseguido y mantenido, la enfermedad tendrá pocas posibilidades para instaurarse, siendo la salud nuestro estado natural y lógico. Puesto que estamos aquí para existir y el requisito es la energía, la enfermedad sería la excepción, lo extraño y anómalo. Este libro de lectura fácil y comprensible, le lleva a cada parte de su cuerpo y a las enfermedades más habituales, detallándole aquellos alimentos que le restaurarán la salud.
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