Los científicos han tardado mucho en valorar a los pequeños elementos que ingerimos con la dieta, pues con frecuencia asocian cantidad con importancia, conclusión poco razonable en quienes son conscientes del gran daño que nos hacen enemigos tan minúsculos como los virus. Por ello, cuando revisamos un análisis de un alimento tan simple como una naranja nos encontramos con elementos tan diversos como agua, proteínas, carbohidratos, fibra, pectinas, celulosa, vitaminas, minerales, ácidos y pigmentos, pero ninguna mención a los oligoelementos. Eso puede llevar a la errónea conclusión de que no existen en la preciada fruta, pero no es así como el lector podrá comprobar leyendo este libro, ya que entre otros contiene manganeso, quizá el oligoelemento más importante de todos.
La Oligoterapia no forma parte de los estudios de los nuevos estudiantes de medicina y por ello los grandes laboratorios farmacéuticos no incluyen ninguno de ellos en sus amplios vademécum, pues para qué fabricar lo que nadie recetará. Esta postura priva a los enfermos de una de las formas más inocuas que existen para la curación de enfermedades y, mucho más importante, para su prevención, ya que su papel es tan importante en la salud que bastaría con tomar periódicamente alguno o varios de estos oligoelementos para asegurarnos una gran longevidad y un buen estado de salud.
La Oligoterapia no forma parte de los estudios de los nuevos estudiantes de medicina y por ello los grandes laboratorios farmacéuticos no incluyen ninguno de ellos en sus amplios vademécum, pues para qué fabricar lo que nadie recetará. Esta postura priva a los enfermos de una de las formas más inocuas que existen para la curación de enfermedades y, mucho más importante, para su prevención, ya que su papel es tan importante en la salud que bastaría con tomar periódicamente alguno o varios de estos oligoelementos para asegurarnos una gran longevidad y un buen estado de salud.