Dafnis y Cloe es la única obra conocida del novelista griego del siglo II Longo.
El estilo de Longo es retórico, con pastores y pastoras totalmente convencionales. Pero a su sencilla historia sabe darle interés humano. Se parece a la novela moderna más que su principal rival entre los romances eróticos griegos, esto es, las Etiópicas de Heliodoro, que simplemente destaca por la ingeniosa sucesión de incidentes. Longo imitó el ambiente pastoril de Teócrito.
Dafnis y Cloe fue el modelo de La Sireine de Honoré d'Urfé, la Diana enamorada de Montemayor, la Aminta de Tasso, y The Gentle Shepherd de Allan Ramsay. La célebre Pablo y Virginia (1784) de Bernardin de Saint-Pierre refleja la misma historia. También, Maurice Ravel basó su ballet Daphnis et Chloé (1912) en esta historia.
A diferencia de otras novelas griegas, que fueron traducidas al castellano en el siglo XVI, ésta lo fue en 1880 por Juan Valera. C. García Gual, en su introducción a la edición de Alianza Editorial, la valora como una “versión bastante cuidada, en excelente prosa castellana.
El estilo de Longo es retórico, con pastores y pastoras totalmente convencionales. Pero a su sencilla historia sabe darle interés humano. Se parece a la novela moderna más que su principal rival entre los romances eróticos griegos, esto es, las Etiópicas de Heliodoro, que simplemente destaca por la ingeniosa sucesión de incidentes. Longo imitó el ambiente pastoril de Teócrito.
Dafnis y Cloe fue el modelo de La Sireine de Honoré d'Urfé, la Diana enamorada de Montemayor, la Aminta de Tasso, y The Gentle Shepherd de Allan Ramsay. La célebre Pablo y Virginia (1784) de Bernardin de Saint-Pierre refleja la misma historia. También, Maurice Ravel basó su ballet Daphnis et Chloé (1912) en esta historia.
A diferencia de otras novelas griegas, que fueron traducidas al castellano en el siglo XVI, ésta lo fue en 1880 por Juan Valera. C. García Gual, en su introducción a la edición de Alianza Editorial, la valora como una “versión bastante cuidada, en excelente prosa castellana.