¿Qué mal me domina para ser como soy y hacer lo que hago?... si en verdad no me reconozco. Yo no soy esa clase de persona, me debo tan solo a una mujer coqueta que únicamente le gusta agradar a todos y a todas, de eso no cabe duda. Y nada me impide expandir mi mundo de fantasía junto a mi marido donde no existe la infidelidad ni la traición. Y es cuando me niego con rotundidad y sobreactúo al cobijo de la decencia, del pudor y de una falsa castidad que no me corresponde. Pobre de mí el día que mis verdades se descubran…
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