Los procesos de mejora del estado del bienestar suelen fracasar. Este libro le explica qué es lo público, qué es lo privado y qué ocurre cuando ambos se confunden. Es el síndrome de pupri, es decir, todo aquello que, bien de forma intencionada o no, confunde lo público con lo privado es causa de que el proceso de modernización de la sanidad pública genere confusión. Lo público y lo privado no son más que las dos formas de proteger los intereses de cada uno, lo privado mediante el principio de la igualdad y lo público mediante el principio del interés general.
La lectura de este libro se complementa con la lectura del ensayo del mismo autor titulado La asistencia Sanitaria Pública, editado por Díaz de Santos en el año 2015.
El autor de este libro, uno de las decenas de profesionales que participó en el proceso de mejora, en esta obra intenta mostrar al lector, a través de su experiencia, que el mejor sistema de gestión es el más claro y que las fórmulas jurídicas híbridas hacen fracasar los procesos de mejora en los modelos que sustentan al estado del bienestar.
El ciudadano se encuentra más cómodo bajo el paraguas del Estado que bajo el riesgo de sus decisiones personales en aquello que afecta a su salud, lo público le da seguridad frente a lo privado que lo percibe básicamente como una comodidad. Esta forma de entender las cosas ha sido acogida por todo el espectro político en los países de la OCDE ofreciendo al votante razones más que de sobra para que les confíen su apoyo, de tal forma que la protección social (no confundir con la solidaridad) o mejor, el efecto redistributivo de la renta en el estado del bienestar, ya no cuestionado, ha quedado en un segundo plano pues siendo gratuito el servicio ahora lo trascendente es quien lo gestiona.
Las demandas de esas sociedades no se detienen tan solo en que estos servicios deben ser gestionados por la Administración Pública sino que además exigen ser recibidos como si de un servicio privado se tratara, lo cual es una misión difícil y se tratará en profundidad en este libro. Esta encrucijada ha dado pie a muchos políticos y gestores públicos para ver en la confluencia de lo público y lo privado una ter-cera vía, hacer con las reglas de lo privado “algo creativo” para que lo público siendo público no parezca público sino privado.
Los debates entre lo público y lo privado se han centrado en calificarlos de buenos o malos dejando de lado las consideraciones de lo que realmente le corresponde a cada situación en base a sus necesidades y exigencias. El refrán “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” se podría utilizar para expresar que “más vale lo público o lo privado conocido que lo otro por conocer”. Lo público, una vez que es tal cosa, debe atenerse a los límites que lo regulan y lo privado, una vez que nace como tal, debe acogerse a sus obligaciones, mezclar uno con otro, tal como demuestra en este libro, es erróneo, atenta al sentido de las cosas y acarrea serios inconvenientes.
Las conclusiones a las que llego reflejan el sentir de buena parte del sector profesional –médicos, abogados, economistas, enfermeros y enfermeras, entre otros- dedicado a la gestión y administración del dispositivo sanitario público, indicando que las soluciones a los problemas del sistema sanitario en España, así como sus repercusiones en el déficit público, no vendrán a través de reformas, inventos o nuevos modelos, sino muy al contrario, las soluciones están en manos de los gobiernos y los legisladores simplemente haciendo sencillo lo que ya existe -que es complejo-, aclarando lo que está escrito y lo que se hace sin estar escrito -que no es claro-, refundiendo la normativa que regula, desregula y contra regula -que es profusa y difícil de entender-, y finalmente apostar para que lo que tiene que ser público lo sea, sin componendas, y para que lo que tenga que ser privado lo sea, sin temores ni desconfianzas.
La lectura de este libro se complementa con la lectura del ensayo del mismo autor titulado La asistencia Sanitaria Pública, editado por Díaz de Santos en el año 2015.
El autor de este libro, uno de las decenas de profesionales que participó en el proceso de mejora, en esta obra intenta mostrar al lector, a través de su experiencia, que el mejor sistema de gestión es el más claro y que las fórmulas jurídicas híbridas hacen fracasar los procesos de mejora en los modelos que sustentan al estado del bienestar.
El ciudadano se encuentra más cómodo bajo el paraguas del Estado que bajo el riesgo de sus decisiones personales en aquello que afecta a su salud, lo público le da seguridad frente a lo privado que lo percibe básicamente como una comodidad. Esta forma de entender las cosas ha sido acogida por todo el espectro político en los países de la OCDE ofreciendo al votante razones más que de sobra para que les confíen su apoyo, de tal forma que la protección social (no confundir con la solidaridad) o mejor, el efecto redistributivo de la renta en el estado del bienestar, ya no cuestionado, ha quedado en un segundo plano pues siendo gratuito el servicio ahora lo trascendente es quien lo gestiona.
Las demandas de esas sociedades no se detienen tan solo en que estos servicios deben ser gestionados por la Administración Pública sino que además exigen ser recibidos como si de un servicio privado se tratara, lo cual es una misión difícil y se tratará en profundidad en este libro. Esta encrucijada ha dado pie a muchos políticos y gestores públicos para ver en la confluencia de lo público y lo privado una ter-cera vía, hacer con las reglas de lo privado “algo creativo” para que lo público siendo público no parezca público sino privado.
Los debates entre lo público y lo privado se han centrado en calificarlos de buenos o malos dejando de lado las consideraciones de lo que realmente le corresponde a cada situación en base a sus necesidades y exigencias. El refrán “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” se podría utilizar para expresar que “más vale lo público o lo privado conocido que lo otro por conocer”. Lo público, una vez que es tal cosa, debe atenerse a los límites que lo regulan y lo privado, una vez que nace como tal, debe acogerse a sus obligaciones, mezclar uno con otro, tal como demuestra en este libro, es erróneo, atenta al sentido de las cosas y acarrea serios inconvenientes.
Las conclusiones a las que llego reflejan el sentir de buena parte del sector profesional –médicos, abogados, economistas, enfermeros y enfermeras, entre otros- dedicado a la gestión y administración del dispositivo sanitario público, indicando que las soluciones a los problemas del sistema sanitario en España, así como sus repercusiones en el déficit público, no vendrán a través de reformas, inventos o nuevos modelos, sino muy al contrario, las soluciones están en manos de los gobiernos y los legisladores simplemente haciendo sencillo lo que ya existe -que es complejo-, aclarando lo que está escrito y lo que se hace sin estar escrito -que no es claro-, refundiendo la normativa que regula, desregula y contra regula -que es profusa y difícil de entender-, y finalmente apostar para que lo que tiene que ser público lo sea, sin componendas, y para que lo que tenga que ser privado lo sea, sin temores ni desconfianzas.