Ignacio solares conjunta, a partir de entrevistas con diez individuos, una crónica periodística sobre el descenso a los infiernos, los traumas emocionales y sociales que llevan y resultan del delirium tremens, así como los valientes esfuerzos para superar estos retos.
Edición conmemorativa.
El problema del alcohol es que tienen todas las de ganar los demonios, ¿me entiende? Entra uno en contacto con los espíritus más negativos de este planeta... Pero también es indudable que gracias a esos demonios es posible reconocer la contraparte, los ángeles que esperan nuestro regreso...
De acuerdo con la perspectiva médica, el delirium tremens es un estado alucinatorio derivado de una lesión cerebral, temporal o permanente, inducida por el abuso continuo del alcohol y la suspensión abrupta de su ingestión.
Muchos de quienes deliran ven al Diablo o se ven en el Infierno, pero hay quien luego del shock asevera, de modo sincero, totalmente lúcido y convincente, haber tenido conversaciones con Dios y atestiguado la existencia de otro mundo. Casos como estos plantean una disyuntiva: o bien el delirio es, como dicen los médicos, una depravación mental ante la que no hay más que sedar, vigilar o de plano amarrar a la víctima hasta que el delirio pase, o bien es una puerta a otros niveles de percepción y dimensiones que ni siquiera imaginamos en plena sobriedad.
Esta lectura es una experiencia fuerte para lectores abstemios, alcohólicos, AA, codependientes y de toda otra clase; las estadísticas del sector salud indican que en el promedio nacional hay al menos un caso de severo alcoholismo en cada familia.
Edición conmemorativa.
El problema del alcohol es que tienen todas las de ganar los demonios, ¿me entiende? Entra uno en contacto con los espíritus más negativos de este planeta... Pero también es indudable que gracias a esos demonios es posible reconocer la contraparte, los ángeles que esperan nuestro regreso...
De acuerdo con la perspectiva médica, el delirium tremens es un estado alucinatorio derivado de una lesión cerebral, temporal o permanente, inducida por el abuso continuo del alcohol y la suspensión abrupta de su ingestión.
Muchos de quienes deliran ven al Diablo o se ven en el Infierno, pero hay quien luego del shock asevera, de modo sincero, totalmente lúcido y convincente, haber tenido conversaciones con Dios y atestiguado la existencia de otro mundo. Casos como estos plantean una disyuntiva: o bien el delirio es, como dicen los médicos, una depravación mental ante la que no hay más que sedar, vigilar o de plano amarrar a la víctima hasta que el delirio pase, o bien es una puerta a otros niveles de percepción y dimensiones que ni siquiera imaginamos en plena sobriedad.
Esta lectura es una experiencia fuerte para lectores abstemios, alcohólicos, AA, codependientes y de toda otra clase; las estadísticas del sector salud indican que en el promedio nacional hay al menos un caso de severo alcoholismo en cada familia.