La novela está narrada en primera persona —pues a juicio del autor aporta mayor credibilidad a la historia— y está escrita desde un misterioso manicomio, donde se encuentra encerrado el personaje.
Así, y paralelamente a los hechos que se desarrollan en el argumento, se descubren una serie de pensamientos, que el mismo individuo vuelca en las páginas de la historia que cuenta. Pone en tela de juicio el cuidado médico recibido, la relación entre los pacientes y la indignidad que estos seres pueden llegar a padecer por parte de la sociedad o el mismo personal del psiquiátrico.
El lector puede detenerse en los pensamientos evocados desde el manicomio o bien, sin entretenerse más, sólo tiene que saltarse las páginas de fondo negro y leer las que se refieren a la historia. Cada “bolo” con un número aparecido entre los párrafos, señala la página en la que se encuentra el pensamiento al hecho que cuenta en ese momento el protagonista.
Así, y paralelamente a los hechos que se desarrollan en el argumento, se descubren una serie de pensamientos, que el mismo individuo vuelca en las páginas de la historia que cuenta. Pone en tela de juicio el cuidado médico recibido, la relación entre los pacientes y la indignidad que estos seres pueden llegar a padecer por parte de la sociedad o el mismo personal del psiquiátrico.
El lector puede detenerse en los pensamientos evocados desde el manicomio o bien, sin entretenerse más, sólo tiene que saltarse las páginas de fondo negro y leer las que se refieren a la historia. Cada “bolo” con un número aparecido entre los párrafos, señala la página en la que se encuentra el pensamiento al hecho que cuenta en ese momento el protagonista.