A veces las experiencias vividas durante nuestra niñez, influyen en nosotros para el resto de nuestra vida. Este es el caso de Rafael y su pandilla, que con la llegada a Valderde en el verano de 1972 del viejo Rufo, se alteraron sus vidas y lo que aprendieron, jamás lo olvidarían.
Para las retrogradas mentes de los habitantes de Valderde, la presencia del viejo en el pueblo se convirtió en un problema. Todos se preguntaban: ¿Quién era ese viejo? Y ¿Qué hacía allí? La mayoría lo rechazaba y muy pocos se fiaban de él. Ese halo de misterio que lo envolvía fue lo que atrajo a Rafael y a su pandilla, pero sus padres les prohibieron acercarse a él. Hubieron de pasar unos acontecimientos para que se disiparan los temores y les permitieran visitarlo en el Molino de Lucas (una edificación casi en ruinas), donde residía.
Durante esas visitas, el viejo les narró paso a paso su periplo y aprendieron que la verdadera amistad es inquebrantable, que las guerras sirven para saciar inquinas personales, y hasta dónde se puede llegar cuando se ama.
Rufo, acompañado de su inseparable Sultán, les contó que había nacido en Argentina, por qué su padre y él tuvieron que huir, qué hicieron al llegar a España, sus sueños y sus anhelos, la guerra civil… pero lo que verdaderamente les cautivó fue su historia de amor con Candela, a la que conoció cuando tenía catorce años y que en ese tiempo aún seguía amándola. Una historia de amor que recordarían el resto de su vida
Para las retrogradas mentes de los habitantes de Valderde, la presencia del viejo en el pueblo se convirtió en un problema. Todos se preguntaban: ¿Quién era ese viejo? Y ¿Qué hacía allí? La mayoría lo rechazaba y muy pocos se fiaban de él. Ese halo de misterio que lo envolvía fue lo que atrajo a Rafael y a su pandilla, pero sus padres les prohibieron acercarse a él. Hubieron de pasar unos acontecimientos para que se disiparan los temores y les permitieran visitarlo en el Molino de Lucas (una edificación casi en ruinas), donde residía.
Durante esas visitas, el viejo les narró paso a paso su periplo y aprendieron que la verdadera amistad es inquebrantable, que las guerras sirven para saciar inquinas personales, y hasta dónde se puede llegar cuando se ama.
Rufo, acompañado de su inseparable Sultán, les contó que había nacido en Argentina, por qué su padre y él tuvieron que huir, qué hicieron al llegar a España, sus sueños y sus anhelos, la guerra civil… pero lo que verdaderamente les cautivó fue su historia de amor con Candela, a la que conoció cuando tenía catorce años y que en ese tiempo aún seguía amándola. Una historia de amor que recordarían el resto de su vida