Allie es una hermosa rubia que trabaja en una costosa joyería. Ha trabajado allí por años, y un día rompe en llanto porque todo lo que ella deseaba era que alguien le comprara algo bonito. Un colega del trabajo se tropieza con ella en ese breve momento de vulnerabilidad y le ofrece invitarle una bebida. Su colega nunca podría comprarle algo de la joyería, pero tal vez tiene algo más valioso para ofrecerle.
Esta es una historia erótica explícita de aproximadamente 5.550 palabras. Contiene lenguaje gráfico y temas sexuales. Está dirigida a adultos interesados en este tipo de material para su consumo en jurisdicciones donde su venta y disfrute no violan leyes locales.
Extracto:
“Eres un idiota si piensas que no valdrías lo suficiente para que otra persona pase contigo el resto de su vida.” La cara de Mike adquirió un gesto severo pero las palabras que pronunció las articuló de manera suave y tranquilizadora. “¿Crees que esos idiotas pretenciosos quienes van a la tienda a preguntar por la joya más cara que tenemos tienen una idea del valor que tiene su futura esposa? Si ellos las apreciaran de verdad entonces no tratarían de demostrarlo con la etiqueta de un precio.”
“Es un bonito sentimiento.” dijo Allie, y le sonrió con un gesto afectado por su sollozo contenido, y agradecida tomó el vaso de agua que ese hombre le dio.
“Bueno, es en lo que creo.” dijo Mike, y se veía extrañamente avergonzado al revelar lo que pensaba; se giró de nuevo a la barra, concentrándose en la bebida en su mano por varios minutos, y dejando que Alice recobrara su compostura.
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Extracto:
“Eres un idiota si piensas que no valdrías lo suficiente para que otra persona pase contigo el resto de su vida.” La cara de Mike adquirió un gesto severo pero las palabras que pronunció las articuló de manera suave y tranquilizadora. “¿Crees que esos idiotas pretenciosos quienes van a la tienda a preguntar por la joya más cara que tenemos tienen una idea del valor que tiene su futura esposa? Si ellos las apreciaran de verdad entonces no tratarían de demostrarlo con la etiqueta de un precio.”
“Es un bonito sentimiento.” dijo Allie, y le sonrió con un gesto afectado por su sollozo contenido, y agradecida tomó el vaso de agua que ese hombre le dio.
“Bueno, es en lo que creo.” dijo Mike, y se veía extrañamente avergonzado al revelar lo que pensaba; se giró de nuevo a la barra, concentrándose en la bebida en su mano por varios minutos, y dejando que Alice recobrara su compostura.