El 22 de marzo de 2006, día en que ETA declaró el alto el fuego permanente, me planteé una reflexión que es la que ha dado lugar a este libro. He vivido directa o indirectamente todas las treguas de ETA −las públicas y las discretas Es por lo que en esta ocasión me propuse hacer un diario.
He apuntado hechos, noticias, actitudes de los políticos, de los jueces, de Batasuna y del Gobierno vasco que son reiterativos para el lector, y lo he hecho porque a fin de cuentas estas notas pueden constituir también una pequeña historia de lo ocurrido para quienes con más detenimiento quieran profundizar y estudiar el desarrollo de esta etapa (22/03/2006 a 06/06/2007).
Soy consciente de que mis opiniones sobre determinadas cuestiones puedan ser objeto de controversia y discusión, e incluso puedan ser molestas para algunos. Sólo espero que no sean injustas, pero en todo caso quiero resaltar que están escritas por alguien que siente como anhelo personal, y desde luego político, el que algún día podamos vivir en el País Vasco sin que se mate a nadie por defender sus ideas. Dicho de otra manera, que la vida de un ser humano nunca más sea utilizada para enarbolar y mantener viva una reivindicación política sea cual sea ésta.
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He apuntado hechos, noticias, actitudes de los políticos, de los jueces, de Batasuna y del Gobierno vasco que son reiterativos para el lector, y lo he hecho porque a fin de cuentas estas notas pueden constituir también una pequeña historia de lo ocurrido para quienes con más detenimiento quieran profundizar y estudiar el desarrollo de esta etapa (22/03/2006 a 06/06/2007).
Soy consciente de que mis opiniones sobre determinadas cuestiones puedan ser objeto de controversia y discusión, e incluso puedan ser molestas para algunos. Sólo espero que no sean injustas, pero en todo caso quiero resaltar que están escritas por alguien que siente como anhelo personal, y desde luego político, el que algún día podamos vivir en el País Vasco sin que se mate a nadie por defender sus ideas. Dicho de otra manera, que la vida de un ser humano nunca más sea utilizada para enarbolar y mantener viva una reivindicación política sea cual sea ésta.
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