Edicion de Eugenio Moya
En esta edición del Discurso sobre el espíritu positivo se trata de reconsiderar en su conjunto la obra de Comte, de «reconocer en el positivismo una orientación intelectual cientista que ha extendido su influencia más allá de la Academia filosófica, ya que ha empapado y empapa las mentalidades, actitudes y prácticas del hombre contemporáneo. Se trata de mostrar que el positivismo de Comte encarna, sistematiza y finaliza toda una revuelta moderna contra los antiguos, iniciada por Francis Bacon, popularizada por LEncyclopédie francesa en el famoso Discurso Preliminar de DAlembert, hecha suya por el neopositivismo, y que puede reconocerse en autores actuales como Niklas Luhmann. En esencia, y con el lenguaje de este último, no tan alejado del comteano, esa revuelta podría ser la solución a muchos problemas que ocupan y preocupan en las sociedades modernas no puede encontrarse apelando, como hizo la tradición, a cosmovisiones teológicas o metafísicas, pues tan sólo la ciencia, los sistemas expertos, son capaces de hacerse cargo de la complejidad y ofrecer respuestas aceptables en un tiempo razonable».
En esta edición del Discurso sobre el espíritu positivo se trata de reconsiderar en su conjunto la obra de Comte, de «reconocer en el positivismo una orientación intelectual cientista que ha extendido su influencia más allá de la Academia filosófica, ya que ha empapado y empapa las mentalidades, actitudes y prácticas del hombre contemporáneo. Se trata de mostrar que el positivismo de Comte encarna, sistematiza y finaliza toda una revuelta moderna contra los antiguos, iniciada por Francis Bacon, popularizada por LEncyclopédie francesa en el famoso Discurso Preliminar de DAlembert, hecha suya por el neopositivismo, y que puede reconocerse en autores actuales como Niklas Luhmann. En esencia, y con el lenguaje de este último, no tan alejado del comteano, esa revuelta podría ser la solución a muchos problemas que ocupan y preocupan en las sociedades modernas no puede encontrarse apelando, como hizo la tradición, a cosmovisiones teológicas o metafísicas, pues tan sólo la ciencia, los sistemas expertos, son capaces de hacerse cargo de la complejidad y ofrecer respuestas aceptables en un tiempo razonable».