Los treinta y tres discursos que nos ofrece el magnífico Maestro Saint Germain representan, figuradamente, los treinta y tres años de la vida de Jesús, el Maestro Jefe Supremo y nos convida a estudiarlos una y otra vez, con constancia, porque en cada lectura encontraremos algún detalle que no habíamos visto anteriormente o bien porque el nivel de comprensión que vamos alcanzando nos permite ver algo que pasamos por alto anteriormente. Estas sublimes enseñanzas están destinadas a nosotros, es un importantísimo mensaje que nos entregan y es uno de los pasos fundamentales hacia el camino de nuestra felicidad espiritual. Bienaventurados serán los que encuentren la Verdad porque entre muchas verdades que rondan el mundo, la Divina Presencia Yo Soy” es la más luminosa. En su sencillez está su grandeza. “La ley de compensación y justicia siempre se halla en acción”.
Saint Germain, quien se llamó a sí mismo Hermano Santo, es un Maestro Ascendido cuyas múltiples reencarnaciones –desde la más remota Edad Dorada del Sahara hasta Francis Bacon– se caracterizaron por un patrón de vida: traer la Luz del Cristo para liberar a la humanidad. En la Inglaterra del siglo XIII, en su encarnación como Roger Bacon (1220-1292), comenzó la práctica de la alquimia y la ciencia. Luego encarnó como sir Francis Bacon (1561-1626), convirtiéndose en ocultista, estadista, filósofo y ensayista llegando a ser primer Imperator de la Orden Rosacruz. Ha sido considerado la mente más grande que haya producido Occidente, se le recuerda sobre todo como el padre del razonamiento inductivo y del método científico cuyo mayor legado es la tecnología que hoy día poseemos. Ascendió como Maestro el 1° de mayo de 1684. Dado que su deseo fue siempre que la humanidad alcanzara la libertad pidió una dispensa a los Señores del karma para volver con un cuerpo físico y aparece nuevamente como el conde Saint Germain.
Saint Germain, quien se llamó a sí mismo Hermano Santo, es un Maestro Ascendido cuyas múltiples reencarnaciones –desde la más remota Edad Dorada del Sahara hasta Francis Bacon– se caracterizaron por un patrón de vida: traer la Luz del Cristo para liberar a la humanidad. En la Inglaterra del siglo XIII, en su encarnación como Roger Bacon (1220-1292), comenzó la práctica de la alquimia y la ciencia. Luego encarnó como sir Francis Bacon (1561-1626), convirtiéndose en ocultista, estadista, filósofo y ensayista llegando a ser primer Imperator de la Orden Rosacruz. Ha sido considerado la mente más grande que haya producido Occidente, se le recuerda sobre todo como el padre del razonamiento inductivo y del método científico cuyo mayor legado es la tecnología que hoy día poseemos. Ascendió como Maestro el 1° de mayo de 1684. Dado que su deseo fue siempre que la humanidad alcanzara la libertad pidió una dispensa a los Señores del karma para volver con un cuerpo físico y aparece nuevamente como el conde Saint Germain.