Martín Teodoro Fernández de Navarrete y Ximénez de Tejada (Ábalos, La Rioja, 8 de noviembre de 1765 – Madrid, 8 de octubre de 1844) fue un marino, escritor e historiador español, abuelo del también historiador Eustaquio Fernández de Navarrete.
Era hijo de los nobles Francisco Antonio Fernández de Navarrete y Ramírez de la Piscina, natural de Ábalos, y de la navarra Catalina Ximénez de Tejada y Argáiz, nacida en Funes. Estudió gramática latina en Calahorra con el sacerdote Ildefonso Caballero. Recibió parte de su educación en el ilustrado Seminario de Nobles de Vergara, administrado por la Real Sociedad Económica Vascongada de Amigos del País. En 1780 ingresó en la Armada como guardia marina, entrando en combate ya en 1782 y siendo ascendido a Alférez de Fragata. La mala salud le obligó a abandonar temporalmente sus tareas. Esto le abrió las puertas a un mundo nuevo: la historia. Desde 1789 y comisionado por el Ministerio de Marina durante tres años, se dedicará a recopilar la historia marítima española. Su incansable trabajo de investigación en los archivos de España y Portugal le llevó a descubrir los legajos de tres de los viajes de Cristóbal Colón, así como los dos diarios de éste del primer y tercer viaje. En la guerra con Francia se reincorporó al servicio activo, siendo ascendido a Capitán de Navío. Amigo de Félix María Samaniego, coleccionó sus manuscritos y escribió su primera biografía.
Retirado de la política activa en 1808 tras su paso por el Ministerio de Marina en calidad de ayudante del ministro e hidrógrafo, colaboró posteriormente con José I Bonaparte, debiendo abandonar España por su condición de afrancesado tras la caída de éste, aunque había rechazado los puestos de consejero de Estado e intendente de Marina.
En 1819 publicó su Vida de Cervantes, una de las obras cumbres para entender al escritor universal, y que supuso la recuperación de "El Quijote" en el siglo XIX. Tras la biografía de Gregorio Mayáns y Siscar, fue la segunda vez que se publicó una biografía de Miguel de Cervantes, rigurosamente documentada gracias a la búsqueda en los archivos nacionales que había venido realizando Navarrete.
Entre sus distinciones figuran la de Caballero de la Orden de San Juan, Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica y Comendador de la Legión de Honor de Francia. Fue del extinguido Consejo Real de España e Indias, Director del Depósito Hidrográfico, Vocal nato de la Junta del Almirantazgo, Prócer del Reino (1834), Viceprotector de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, individuo del Instituto de Francia, de la Real Academia Asiática de Londres (1826), del Histórico de Río de Janeiro, de la Academia de San Lucas de Roma, de la de Ciencias de Turín, de la de Berlín, de las Sociedades de Anticuarios de Copenhague y Normandía, de la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia, de las de Geografía de París y Londres y de otras varias del Reino.
Fue bibliotecario perpetuo de la Real Academia Española, y en 1791 fue admitido en calidad de socio de número en la Sociedad Económica de Madrid. A su regreso del exilio y desde 1824 dirigió la Real Academia de la Historia, de la que era miembro desde 1800. Sus obras sobre la historia española de la Marina recuperaron para la posteridad todos los hechos y hazañas de los siglos XV y XVI.
Era hijo de los nobles Francisco Antonio Fernández de Navarrete y Ramírez de la Piscina, natural de Ábalos, y de la navarra Catalina Ximénez de Tejada y Argáiz, nacida en Funes. Estudió gramática latina en Calahorra con el sacerdote Ildefonso Caballero. Recibió parte de su educación en el ilustrado Seminario de Nobles de Vergara, administrado por la Real Sociedad Económica Vascongada de Amigos del País. En 1780 ingresó en la Armada como guardia marina, entrando en combate ya en 1782 y siendo ascendido a Alférez de Fragata. La mala salud le obligó a abandonar temporalmente sus tareas. Esto le abrió las puertas a un mundo nuevo: la historia. Desde 1789 y comisionado por el Ministerio de Marina durante tres años, se dedicará a recopilar la historia marítima española. Su incansable trabajo de investigación en los archivos de España y Portugal le llevó a descubrir los legajos de tres de los viajes de Cristóbal Colón, así como los dos diarios de éste del primer y tercer viaje. En la guerra con Francia se reincorporó al servicio activo, siendo ascendido a Capitán de Navío. Amigo de Félix María Samaniego, coleccionó sus manuscritos y escribió su primera biografía.
Retirado de la política activa en 1808 tras su paso por el Ministerio de Marina en calidad de ayudante del ministro e hidrógrafo, colaboró posteriormente con José I Bonaparte, debiendo abandonar España por su condición de afrancesado tras la caída de éste, aunque había rechazado los puestos de consejero de Estado e intendente de Marina.
En 1819 publicó su Vida de Cervantes, una de las obras cumbres para entender al escritor universal, y que supuso la recuperación de "El Quijote" en el siglo XIX. Tras la biografía de Gregorio Mayáns y Siscar, fue la segunda vez que se publicó una biografía de Miguel de Cervantes, rigurosamente documentada gracias a la búsqueda en los archivos nacionales que había venido realizando Navarrete.
Entre sus distinciones figuran la de Caballero de la Orden de San Juan, Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica y Comendador de la Legión de Honor de Francia. Fue del extinguido Consejo Real de España e Indias, Director del Depósito Hidrográfico, Vocal nato de la Junta del Almirantazgo, Prócer del Reino (1834), Viceprotector de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, individuo del Instituto de Francia, de la Real Academia Asiática de Londres (1826), del Histórico de Río de Janeiro, de la Academia de San Lucas de Roma, de la de Ciencias de Turín, de la de Berlín, de las Sociedades de Anticuarios de Copenhague y Normandía, de la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia, de las de Geografía de París y Londres y de otras varias del Reino.
Fue bibliotecario perpetuo de la Real Academia Española, y en 1791 fue admitido en calidad de socio de número en la Sociedad Económica de Madrid. A su regreso del exilio y desde 1824 dirigió la Real Academia de la Historia, de la que era miembro desde 1800. Sus obras sobre la historia española de la Marina recuperaron para la posteridad todos los hechos y hazañas de los siglos XV y XVI.