Esas fotos que se acumulan en cajas cerradas, resacas homicidas, latidos desacompasados, el brillo de unos ojos rompiendo la noche, olor a cerveza, ginebra, sudor y serrín. Imágenes borrosas de un pasado idealizado. Sexo, lágrimas y olvido. Noches en vela con luna y sin luna, comienzos abocados al fracaso y fracasos que huelen a victoria. Caídas y tropezones buscando el equilibrio…
Todo esto son "Disturbios en la azotea". Todas las historias que nacen desde el interior y por las que cualquier sujeto sanamente perturbado pasa. Imágenes cotidianas que no buscan otra cosa que ser reconocidas como un viejo amigo que aparece al doblar una esquina. En definitiva, la vida.
Todo esto son "Disturbios en la azotea". Todas las historias que nacen desde el interior y por las que cualquier sujeto sanamente perturbado pasa. Imágenes cotidianas que no buscan otra cosa que ser reconocidas como un viejo amigo que aparece al doblar una esquina. En definitiva, la vida.