Su relato de cómo escapó de Cuba, aquellas inciertas horas en el Aeropuerto, la ansiedad, el temor, de cómo lograron infiltrarlo en un avión para Francia, pues no tenía para el pasaje, la policía represiva dando vueltas, al menos para los que hemos pasado por situaciones parecidas, nos llega hondo, dejándonos un recuerdo imborrable y nos trae a la mente que el horror no ha terminado. Por esto, “Divino Exilio”, es un compendio de una gran poesía que nos deleita en su rítmica fuerza expresiva, donde disfrutamos con sus imágenes, pero también es una radiografía emocional de una tiranía anquilosada. Es poesía en su máxima expresión.
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