En 1975, cuando fue secuestrado por las fuerzas de seguridad, Roberto
Quieto era el número dos de Montoneros. Había sido el responsable, entre
otros operativos, del secuestro de los hermanos Born. Luego de su
detención, la Organización lo sometió a un juicio revolucionario en
ausencia y lo condenó a muerte por «delación bajo torturas». Esa
supuesta traición nunca fue demostrada; sin embargo, Montoneros jamás se
retractó por haber ensuciado su nombre, como tampoco lo hizo por
condenar a la deshonra a quienes se quebraban en la tortura. A través de
una aguda reconstrucción de la vida y la personalidad de este personaje
carismático, controvertido y misterioso, Alejandra Vignolles ofrece una
nueva mirada sobre la tragedia que asoló a nuestro país en la década del
setenta. Nos muestra las contradicciones y las zonas más oscuras de la
guerrilla peronista y de sus protagonistas: ni héroes ni villanos,
militantes políticos que creyeron en un proyecto político y en la toma
del poder a cualquier costo, aun el de sus propias vidas.
Quieto era el número dos de Montoneros. Había sido el responsable, entre
otros operativos, del secuestro de los hermanos Born. Luego de su
detención, la Organización lo sometió a un juicio revolucionario en
ausencia y lo condenó a muerte por «delación bajo torturas». Esa
supuesta traición nunca fue demostrada; sin embargo, Montoneros jamás se
retractó por haber ensuciado su nombre, como tampoco lo hizo por
condenar a la deshonra a quienes se quebraban en la tortura. A través de
una aguda reconstrucción de la vida y la personalidad de este personaje
carismático, controvertido y misterioso, Alejandra Vignolles ofrece una
nueva mirada sobre la tragedia que asoló a nuestro país en la década del
setenta. Nos muestra las contradicciones y las zonas más oscuras de la
guerrilla peronista y de sus protagonistas: ni héroes ni villanos,
militantes políticos que creyeron en un proyecto político y en la toma
del poder a cualquier costo, aun el de sus propias vidas.