El inspector Manarino deberá enfrentar nuevamente a un homicida cuya detención, en su momento, le sirvió para cimentar su fama de genial criminalista.
El delincuente, un psicópata brillante, tendrá el tupé de anunciarle sus próximos asesinatos, y Manarino deberá demostrar que, ya pasadas dos décadas, no ha perdido el pulso ni el olfato de irreductible sabueso. Una novela de suspenso e ingenio, en que el lector se verá inmerso en una carrera anaeróbica que no lo dejará respirar hasta el final.
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