Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865) tuvo una vida turbulenta, apasionada, romántica y contradictoria como la época en que le tocó vivir. Luchó en la guerra de la Independencia y tras ésta se exilió por sus ideas liberales en 1823. Vivió en Londres, Italia y Malta, y en ese momento se apasionó por los autores ingleses de más prestigio entre los románticos (Shakespeare, Byron, Scott). Gracias a una amnistía, regresó a España en 1834 y heredó el título y una gran fortuna, iniciando una evolución hacia posturas más conservadoras. En 1835 estrena Don Álvaro o la fuerza del sino, primer drama español íntegramente romántico y acaso el más representativo del movimiento, pues en ningún otro se acumulan tantos elementos característicos: pasión, misterio, soledad, fuerza ciega de la fatalidad, rebelión, suicidio... Ningún otro consigue fundir tan genialmente estilo culto y llano, verso y prosa, en una acción de desbordada y enloquecida originalidad. La edición de Carlos Ruiz Silva y el apéndice de Juan Francisco Peña, facilitan los datos para que el lector pueda comprender la obra en su propio contexto.
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