Una voz de mujer, calma, reflexiva, habla de los paisajes cambiantes de su mundo interior, y es así como Donde se quiebra la luz narra la cotidianidad del deseo, la angustia y el reto de ser uno mismo en femenino, y de imponerse a los más afilados vericuetos del sendero personal –camino sobre una cuerda floja / que cede a ratos probando mis agallas.
En este su primer libro, Lizette Espinosa aparece con un estilo que ha cuajado para darle un perfil muy preciso, muy suyo, a esa forma de versificar con tanta sutileza, sin amaneramientos ni excesos de palabras. Las imágenes en las que se apoyan los enunciados del discurso poético son claras, simples y fuertes:
Una franja en el suelo me obliga
a apoyar el corazón hasta oír el disparo.
En cada aliento una bandada
de pájaros emigra.
La música del verso es refinada y entrañable.
Se termina uno el último poema y se regresa al principio, para repetir el ciclo en voz muy baja. Y es fácil apropiarse de lo que se cuenta allí, es fácil reflejarse en los cristales donde arden con la sobriedad del sueño lúcido las diminutas anécdotas y las metáforas que asoman un instante para volver a sumergirse después en la sombra quieta de lo que se intuye. Nada sobra, nada falta. El aliento es perfecto.
Chely Lima
En este su primer libro, Lizette Espinosa aparece con un estilo que ha cuajado para darle un perfil muy preciso, muy suyo, a esa forma de versificar con tanta sutileza, sin amaneramientos ni excesos de palabras. Las imágenes en las que se apoyan los enunciados del discurso poético son claras, simples y fuertes:
Una franja en el suelo me obliga
a apoyar el corazón hasta oír el disparo.
En cada aliento una bandada
de pájaros emigra.
La música del verso es refinada y entrañable.
Se termina uno el último poema y se regresa al principio, para repetir el ciclo en voz muy baja. Y es fácil apropiarse de lo que se cuenta allí, es fácil reflejarse en los cristales donde arden con la sobriedad del sueño lúcido las diminutas anécdotas y las metáforas que asoman un instante para volver a sumergirse después en la sombra quieta de lo que se intuye. Nada sobra, nada falta. El aliento es perfecto.
Chely Lima