En el año 2227 los viajeros que llegan a la Venturosa República Revolucionaria de Novo Ecuador lo hacen por el espaciopuerto de Nueva Tababela. Es el caso de Segon González Lobo, natural de Barinas, devoto y diácono de la Iglesia Universal Chavista Absoluta (IUCA por sus sagradas siglas), quien ha sido enviado para estudiar y difundir los logros de la Revolución Estacionaria.
Inspirado por el Patriarca Maduro y guiado por Chávez, Profeta y Precursor, Segon González se aloja en casa de la familia Puñete Antioligarca, cuyos devotos rostros reproducen los rasgos faciales que adornaran al Líder Esplendoroso, Presidente Correa.
Luego de recibir con unción el chip con la Versión Oficial de la Historia, el diácono constata los prodigios que –después de dos siglos de diarias sabatinas- obra la Ley de Culto al Magnífico (antiguo Código de la Democracia): los ciudadanos deben proclamar a los gritos y explícitamente su amor por el Líder; todas las viviendas y edificios públicos están embellecidos por la mirada visionaria del Guía Sapientísimo; gracias al Ministerio de Amor por el Líder (antigua SECOM), los ciudadanos han desechado el vicio burgués de las proteínas y devoran ritualmente sendas porciones de cheques. El Cambio de Época y de Matriz Productiva han conseguido desopilantes transformaciones en la administración y la obra pública, la vida Kultural y política, la educación superior y los medios de comunicación, y, de manera misteriosa, en la acción ecológica y en el iluminador rol de la Urbe del Konocimiento.
Con Ecuatox Santiago Páez se ubica con decisión en la visionaria tradición de 1984, del británico George Orwell; hunde sus raíces en la herética herencia de don Ramón del Valle Inclán y Tirano Banderas, y entrega al lector un magnífico esperpento redivivo, que no oculta su vocación libertaria y su voluntad literaria de impedir el control total del comportamiento y la subordinación de lo individual a lo colectivo.
Inspirado por el Patriarca Maduro y guiado por Chávez, Profeta y Precursor, Segon González se aloja en casa de la familia Puñete Antioligarca, cuyos devotos rostros reproducen los rasgos faciales que adornaran al Líder Esplendoroso, Presidente Correa.
Luego de recibir con unción el chip con la Versión Oficial de la Historia, el diácono constata los prodigios que –después de dos siglos de diarias sabatinas- obra la Ley de Culto al Magnífico (antiguo Código de la Democracia): los ciudadanos deben proclamar a los gritos y explícitamente su amor por el Líder; todas las viviendas y edificios públicos están embellecidos por la mirada visionaria del Guía Sapientísimo; gracias al Ministerio de Amor por el Líder (antigua SECOM), los ciudadanos han desechado el vicio burgués de las proteínas y devoran ritualmente sendas porciones de cheques. El Cambio de Época y de Matriz Productiva han conseguido desopilantes transformaciones en la administración y la obra pública, la vida Kultural y política, la educación superior y los medios de comunicación, y, de manera misteriosa, en la acción ecológica y en el iluminador rol de la Urbe del Konocimiento.
Con Ecuatox Santiago Páez se ubica con decisión en la visionaria tradición de 1984, del británico George Orwell; hunde sus raíces en la herética herencia de don Ramón del Valle Inclán y Tirano Banderas, y entrega al lector un magnífico esperpento redivivo, que no oculta su vocación libertaria y su voluntad literaria de impedir el control total del comportamiento y la subordinación de lo individual a lo colectivo.