Lo había elegido por necesidad, pero lo quería a su lado por placer… La escritora multimillonaria Angie necesitaba un acompañante urgentemente. Eduardo no se parecía en nada a los sofisticados hombres que solían caer rendidos a sus pies, pero le serviría. Aquel falso compromiso debía resultar creíble, por lo que Angie le exigió que durmieran en la misma habitación… y en la misma cama. Si tenía que hacerlo, tenía intención de hacerlo bien y disfrutar de ello tanto como pudiera…
Lo que Angie no imaginaba era que junto a Eduardo encontraría más placer del que nunca habría creído posible… Y pronto empezó a desear ascenderlo de amante de conveniencia a marido de una mujer exitosa y millonaria.
Lo que Angie no imaginaba era que junto a Eduardo encontraría más placer del que nunca habría creído posible… Y pronto empezó a desear ascenderlo de amante de conveniencia a marido de una mujer exitosa y millonaria.