Ingrid, profesora de Filosofía e Historia de las Religiones viaja desde Berlín hasta Bagdad para investigar más acerca de la historia de la cautivadora diosa sumeria, acadio-asiria y babilónica, Ishtar. Pretende demostrar que existió una época donde reinaba el matriarcado y las culturas con reinados ginecocráticos. Allí conoce al investigador lingüista americano Hilmar que tiene una humildad y una sabiduría que harán que poco a poco gane su amor. Ingrid pretende basarse en la presencia de unos reinos donde las deidades eran femeninas, como la gran Diosa Madre, Inanna e Ishtar. Asimismo explora en la transición que tiene lugar de unos dioses maternos a unos dioses paternos, a través de la mitología clásica griega, de los héroes Orestes y Teseo ante el Minotauro, y la diosa Atenea y el dios Dionisos. Ottfreid es también un profesor que con sus oscuros ojos, que siempre crecen y rebosan sinceridad, trata de llamar al corazón de Ingrid.
La Diosa Madre y Demeter Erinys son adoradas reverencialmente y representan a las Erinias o derecho de sangre por defender a la madre. Es fuerza de verdadera vida porque es vida sacrificial que se derrama, contrapuesta a otras fuerzas que surgirán después con Occidente, aunque entroncan con ella en Deméter y en Ishtar, como diosa-mujer-madre.
PREVIEW
"Teseo ante el Minotauro, en la época ya griega, hace avanzar el mismo principio al que Belerofonte había abierto el camino, y que tenía sus exponentes en Perseo, Aquiles y Heracles. En la base de todas estas leyendas subyace la misma concepción: el logro de una condición superior del hombre y del Estado se basa en la superación del derecho materno. Los mismos héroes que destruyen a las brutales fuerzas telúricas aparecen también como benefactores y protectores de la humanidad y serán quienes destruyan al amazonismo. Todavía mucho más significativo es el hecho de que Atenea escoja como sede del tribunal no el Delfinio, sino el lugar en el que acamparon las Amazonas, la colina de Ares, a cuyos pies, justamente en ese lugar, la absolución de Orestes fue decretada por el primer tribunal de sangre, y anuncia así, de este modo, el final del derecho materno o de las Erinias que vengan a la madre. “¿Qué más prueba se puede tener del matriarcado que ésta?”, se pregunta Ingrid en la soledad de su habitación".
"Estos dioses poco a poco van tomando forma, primero con símbolos y van a acabar teniendo forma humana. Anu va a ser el dios de los dioses. Posteriormente se van configurando nuevos dioses: la gran diosa Inanna, que más tarde se va a identificar con Ishtar, va a ser la diosa más venerada. Es la diosa de la fertilidad y del amor. Sin será la luna y Shamash el sol.
Se puede inferir la existencia si no de un matriarcado, sí de un reino de las diosas, es decir, de un reino ginecocrático".
"Las manos de Ingrid son como una piel nacarada de paloma y serpiente, sus rodillas son como islas flotantes rosadas, todo en ella es un gesto que se enmascara con alguna diosa de la antigüedad. Sus ojos son de un extraño gris celeste muy claro, y su pelo es de un rubio muy clareado que lleva recogido en un moño".
La Diosa Madre y Demeter Erinys son adoradas reverencialmente y representan a las Erinias o derecho de sangre por defender a la madre. Es fuerza de verdadera vida porque es vida sacrificial que se derrama, contrapuesta a otras fuerzas que surgirán después con Occidente, aunque entroncan con ella en Deméter y en Ishtar, como diosa-mujer-madre.
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"Teseo ante el Minotauro, en la época ya griega, hace avanzar el mismo principio al que Belerofonte había abierto el camino, y que tenía sus exponentes en Perseo, Aquiles y Heracles. En la base de todas estas leyendas subyace la misma concepción: el logro de una condición superior del hombre y del Estado se basa en la superación del derecho materno. Los mismos héroes que destruyen a las brutales fuerzas telúricas aparecen también como benefactores y protectores de la humanidad y serán quienes destruyan al amazonismo. Todavía mucho más significativo es el hecho de que Atenea escoja como sede del tribunal no el Delfinio, sino el lugar en el que acamparon las Amazonas, la colina de Ares, a cuyos pies, justamente en ese lugar, la absolución de Orestes fue decretada por el primer tribunal de sangre, y anuncia así, de este modo, el final del derecho materno o de las Erinias que vengan a la madre. “¿Qué más prueba se puede tener del matriarcado que ésta?”, se pregunta Ingrid en la soledad de su habitación".
"Estos dioses poco a poco van tomando forma, primero con símbolos y van a acabar teniendo forma humana. Anu va a ser el dios de los dioses. Posteriormente se van configurando nuevos dioses: la gran diosa Inanna, que más tarde se va a identificar con Ishtar, va a ser la diosa más venerada. Es la diosa de la fertilidad y del amor. Sin será la luna y Shamash el sol.
Se puede inferir la existencia si no de un matriarcado, sí de un reino de las diosas, es decir, de un reino ginecocrático".
"Las manos de Ingrid son como una piel nacarada de paloma y serpiente, sus rodillas son como islas flotantes rosadas, todo en ella es un gesto que se enmascara con alguna diosa de la antigüedad. Sus ojos son de un extraño gris celeste muy claro, y su pelo es de un rubio muy clareado que lleva recogido en un moño".