Entre los libros bíblicos, las cartas de san Pablo formaron un corpus que marcó de manera definitiva la espiritualidad y el pensamiento agustiniano. No sólo fue un texto paulino (Rm 13, 13) el que marcó su conversión, como él mismo nos lo refiere en las Confesiones, sino que las cartas de san Pablo se convertirían para san Agustín en sus compañeras de camino, con las cuales profundizaría más la insondable riqueza del misterio de Cristo e iría comprendiendo el
mismo dogma cristiano.
La presente obra pretende ser una pequeña muestra de cómo san Agustín vivió e interpretó algunos textos de san Pablo, y al mismo tiempo, una invitación a leer estos mismos textos con san Agustín, a meditar y hacer vida de sus enseñanzas espirituales.
El propósito es que esta obra se convierta en una herramienta
que ayude a la oración habitual de todo cristiano. Los textos de la Palabra de Dios deben ser nuestro alimento espiritual cotidiano como lo eran para san Agustín. Por ello la presente obra ayuda a encontrarse con la Palabra de Dios, o mejor dicho para dejarse encontrar por ella, y meditarla de la mano de uno de sus mejores conocedores: san Agustín.
mismo dogma cristiano.
La presente obra pretende ser una pequeña muestra de cómo san Agustín vivió e interpretó algunos textos de san Pablo, y al mismo tiempo, una invitación a leer estos mismos textos con san Agustín, a meditar y hacer vida de sus enseñanzas espirituales.
El propósito es que esta obra se convierta en una herramienta
que ayude a la oración habitual de todo cristiano. Los textos de la Palabra de Dios deben ser nuestro alimento espiritual cotidiano como lo eran para san Agustín. Por ello la presente obra ayuda a encontrarse con la Palabra de Dios, o mejor dicho para dejarse encontrar por ella, y meditarla de la mano de uno de sus mejores conocedores: san Agustín.