Para Franco Nembrini educar es la vocación de la vida humana. Ha dialogado constantemente sobre la experiencia educativa con padres, profesores, educadores de instituciones de distinto género, incluidos médicos y funcionarios públicos. El arte de educar. De padres a hijos recoge algunas de sus intervenciones más significativas en las que, con lenguaje llano y directo, expone su amplísima experiencia, ofreciéndola a todos los que en cualquier ámbito de la existencia deseen ser acompañados en la difícil y fascinante tarea de transmitir a los jóvenes una esperanza para la vida.
Como afirma José María Alvira, secretario general de Escuelas Católicas, en su prólogo a esta edición: «Franco Nembrini se siente ---como tuve ocasión de comprobar personalmente cuando lo conocí en Roma hace ahora un año--- educador, padre y profesor de manera inseparable. Y lo es realmente. Es fácil comprobarlo a través de las páginas que siguen. Bastaría con leer las palabras que nos deja casi al terminar el libro: Al final hay una sola razón que rige todo lo demás: el amor por una mujer, el amor por los amigos, el amor por el estudio, el amor por los pobres del tercer Mundo. El amor o existe o no... Tras el increíble encuentro con la verdad, la belleza y el bien, podrás volver a decirles a los hombres que la vida es grande y positiva, que la última palabra no la tiene esa selva oscura, sino una luz infinita, una belleza infinita, un amor insondable.»
Como afirma José María Alvira, secretario general de Escuelas Católicas, en su prólogo a esta edición: «Franco Nembrini se siente ---como tuve ocasión de comprobar personalmente cuando lo conocí en Roma hace ahora un año--- educador, padre y profesor de manera inseparable. Y lo es realmente. Es fácil comprobarlo a través de las páginas que siguen. Bastaría con leer las palabras que nos deja casi al terminar el libro: Al final hay una sola razón que rige todo lo demás: el amor por una mujer, el amor por los amigos, el amor por el estudio, el amor por los pobres del tercer Mundo. El amor o existe o no... Tras el increíble encuentro con la verdad, la belleza y el bien, podrás volver a decirles a los hombres que la vida es grande y positiva, que la última palabra no la tiene esa selva oscura, sino una luz infinita, una belleza infinita, un amor insondable.»