Laurel Kirkeby, la vizcondesa de Colvile, es la mujer más deseada de toda Inglaterra. Aristócratas y burgueses sucumben miserablemente ante su belleza y arrogancia, hasta que caen en la cuenta de que está completamente loca.
La enfermedad que ha acompañado a Laurel desde la niñez es un secreto a voces en el seno de la alta sociedad británica: una mezcla insólita de inocencia, egocentrismo, inadaptabilidad a las normas sociales más elementales y el temperamento de alguien que ha sido poseído por el mismísimo demonio. Su locura es la agonía de su madre, la razón de la apatía de su padre y, más recientemente, de las burlas crueles de su marido.
Luego de su matrimonio de “conveniencia mutua”, Laurel ha sido arrojada a una vida que no le pertenece, pero que al menos le permite dar rienda suelta a sus excentricidades. No obstante, esa vida se verá truncada una vez se convierta en la única testigo de un crimen.
La amenaza de ser internada en un manicomio le obligará a luchar en contra de sus más terribles miedos, y un viaje forzoso la llevará a través de senderos desconocidos, de sentimientos novedosos y de la posibilidad de descubrirse a sí misma a través del amor.
Alexandra Risley vuelve a desnudar la Inglaterra victoriana, paseándonos por el inextricable mundo de la mente femenina donde la histeria, la esquizofrenia y otros males que ni siquiera conocían nombre son los enemigos a enfrentar.
La enfermedad que ha acompañado a Laurel desde la niñez es un secreto a voces en el seno de la alta sociedad británica: una mezcla insólita de inocencia, egocentrismo, inadaptabilidad a las normas sociales más elementales y el temperamento de alguien que ha sido poseído por el mismísimo demonio. Su locura es la agonía de su madre, la razón de la apatía de su padre y, más recientemente, de las burlas crueles de su marido.
Luego de su matrimonio de “conveniencia mutua”, Laurel ha sido arrojada a una vida que no le pertenece, pero que al menos le permite dar rienda suelta a sus excentricidades. No obstante, esa vida se verá truncada una vez se convierta en la única testigo de un crimen.
La amenaza de ser internada en un manicomio le obligará a luchar en contra de sus más terribles miedos, y un viaje forzoso la llevará a través de senderos desconocidos, de sentimientos novedosos y de la posibilidad de descubrirse a sí misma a través del amor.
Alexandra Risley vuelve a desnudar la Inglaterra victoriana, paseándonos por el inextricable mundo de la mente femenina donde la histeria, la esquizofrenia y otros males que ni siquiera conocían nombre son los enemigos a enfrentar.