La maravilla de lo real cotidiano con toda la poesía que en ello prevalece: poesía convocada por el amor, por sucesos que se transforman en acontecimientos, y por, lo mejor de todo, la magia. Esta novela de Tomás González Pérez (Santa Clara -Cuba-, 1938), sin dudas, un artista multifacético -escritor, dramaturgo, pintor, músico, cantante, poeta, guionista de cine, actor, director teatral, profesor universitario- nos muestra lo real cotidiano como resultado de un rito mágico. Cierta vez dijo en una entrevista que "el hombre cubano vive en estado de trance permanente, ya que su intuición siempre está activa, y la carencia de todo tipo, le permite el contacto inmediato con su esencia". El autor nos hace participar de un ritual mágico, amoroso, de esencia a esencia, porque así lo propiciaba Mercedes, su anfitriona, reina de aquel salón encristalado, situado en la encrucijada de las calles 21 y N en el Vedado habanero, donde se producían tertulias sin previas convocatoria y por las que desfilaban personajes relevantes del acontecer cubano revolucionario como: Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Pepe Horta, Portocarrero, José Milián, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Zoé Valdés, Gaspar de Santelices, Carilda Oliver Labra, Pedro Luis Ferrer y muchos más. El autor escribe para después, cuando tengamos necesidad de recuperar la armonía, y dejemos al amor borrar las huellas de los resentimientos.
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