Una emocionante novela basada en un personaje real que vivió en la Edad Media. William Longespee, hijo ilegítimo del rey Enrique II de Inglaterra, fue la primera persona en ser enterrada en la catedral de Salisbury.
Muchos siglos después regresa para protagonizar esta historia. Jon Whitcroft, de 11 años, está triste y en apuros porque lo han enviado a un internado en Salisbury. Nada de allí le gusta: lluvia, muros oscuros, angostos pasillos, rostros extraños y una habitación que tiene que compartir con dos compañeros. Pero Jon está lejos de sospechar que pronto éstas serán sus menores preocupaciones. En su sexta noche en el internado, aparecen de repente tres fantasmas al pie de la ventana de su habitación. Han venido a amenazarlo de muerte porque lleva el mismo apellido que el hombre que los asesinó. Su vida corre peligro y Jon está solo y asustado. Menos mal que está Ella, su única amiga en el internado y que tiene la solución: hay que pedir ayuda a un buen caballero. El problema es que ese caballero murió hace siglos...
Muchos siglos después regresa para protagonizar esta historia. Jon Whitcroft, de 11 años, está triste y en apuros porque lo han enviado a un internado en Salisbury. Nada de allí le gusta: lluvia, muros oscuros, angostos pasillos, rostros extraños y una habitación que tiene que compartir con dos compañeros. Pero Jon está lejos de sospechar que pronto éstas serán sus menores preocupaciones. En su sexta noche en el internado, aparecen de repente tres fantasmas al pie de la ventana de su habitación. Han venido a amenazarlo de muerte porque lleva el mismo apellido que el hombre que los asesinó. Su vida corre peligro y Jon está solo y asustado. Menos mal que está Ella, su única amiga en el internado y que tiene la solución: hay que pedir ayuda a un buen caballero. El problema es que ese caballero murió hace siglos...