En abril de 1872 se sublevan el coronel Dorregaray en Valencia y el coronel Ferrer en el Maestrazgo, son los artífices del último intento para aupar al pretendiente Carlos VII al trono de España. Será la última oportunidad y la mecha prende fuego en Vascongadas y Navarra. Otras provincias no serán ajenas y en Asturias, la conspiración carlista lleva en la sombra mucho tiempo. Pedro Artáez y otros conjurados toman la decisión de alzarse en armas. Fue una guerra de “locos” (como se la conoció) o de románticos en muchos casos, pero siempre una contienda desigual.
España presa de otras convulsiones ve el efímero reinado de Amadeo de Saboya, el advenimiento de la I República que reavivará la llamarada carlista en el Norte y el inevitable camino que lleva a la Restauración.
Pedro Artáez, mientras, resiste a duras penas con sus compañeros en las abruptas montañas, cosechando algunos éxitos militares casi siempre efímeros. Los vaivenes de la guerra lo llevarán a un forzado exilio en Cuba, del que regresará para protagonizar los últimos capítulos de esta vibrante novela.
España presa de otras convulsiones ve el efímero reinado de Amadeo de Saboya, el advenimiento de la I República que reavivará la llamarada carlista en el Norte y el inevitable camino que lleva a la Restauración.
Pedro Artáez, mientras, resiste a duras penas con sus compañeros en las abruptas montañas, cosechando algunos éxitos militares casi siempre efímeros. Los vaivenes de la guerra lo llevarán a un forzado exilio en Cuba, del que regresará para protagonizar los últimos capítulos de esta vibrante novela.