El 7 de mayo de 2015 se cumplió el centenario de una de las mayores infamias cometidas en el mundo de la navegación. Hacia las dos de la tarde de esa fatídica fecha el trasatlántico británico Lusitania se hundió frente al faro de Kinsale, en la costa sur de Irlanda, como consecuencia teórica del impacto de un torpedo lanzado por el submarino alemán U-20.
La investigación oficial apuntó a Thomas Turner, capitán del buque, como responsable principal de su pérdida, sin embargo con el paso del tiempo cada vez son más los que piensan que el Lusitania fue una trampa tendida por Churchill, un cebo cuyo hundimiento causó la muerte de cerca de 200 americanos e impulsó al presidente Wilson a entrar en una guerra cuyo resultado terminó de inclinar la formidable máquina armamentística norteamericana
La investigación oficial apuntó a Thomas Turner, capitán del buque, como responsable principal de su pérdida, sin embargo con el paso del tiempo cada vez son más los que piensan que el Lusitania fue una trampa tendida por Churchill, un cebo cuyo hundimiento causó la muerte de cerca de 200 americanos e impulsó al presidente Wilson a entrar en una guerra cuyo resultado terminó de inclinar la formidable máquina armamentística norteamericana