Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo, se fugó del penal de máxima seguridad de Puente Grande, estado de Jalisco, en 2001. En 1993 había sido arrestado en México bajo los cargos de homicidio y tráfico de estupefacientes. Su confinamiento duró sólo unos años de los más de veinte a los que había sido sentenciado. Su enorme influencia y poder económico le abrieron las rejas de la prisión hacia la clandestinidad. Diez años después los gobiernos de México y Estados Unidos continúan tras su pista y ofrecen millonarias sumas por su captura. Mientras otros poderosos capos de la droga han sido arrestados o muertos recientemente por la policía, la interrogante es si El Chapo Guzmán podrá mantener la distancia entre su escondite y sus perseguidores, y así seguir al mando de su empresa internacional de narcotráfico. Este artículo cuenta con 1,091 palabras.
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