La vida de un joven se ve alterada tras entrar a trabajar en una fábrica de productos químicos. Allí conocerá a siniestros personajes como "La Barbie", una mujer con un pasado turbio que le ayudará a resolver la misteriosa muerte del adinerado dueño de la fábrica. Un atraco en la tienda de "la Barbie", seguido de una serie de extraños sucesos, le llevarán a investigar en los bajos fondos de su ciudad quién es la persona que está detrás del asesinato.
Un fragmento del libro "Mi calle, la calle Pradillo, era un peligro. Allí los jóvenes a bordo de sus ciclomotores iban siempre sin casco. Daba miedo. Pasé por una pescadería abarrotada de marujas, la mayoría eran españolas enjutas, descarnadas y famélicas, de mirada perdida en el cansancio, voces de cazalla y partos que se amontonaban en sus memorias. En la puerta estaban la señora Rufina y la señora Dionisia, ambas vivían en mi portal. Junto a la pescadería estaba la nueva tienda de frutos secos. Decidí entrar allí para ver quien era la nueva dependienta cuya cara me sonaba. La cochambrosa tienda de barrio contaba con paredes de las que hacía tiempo se había apoderado la humedad. La tienducha tenía un olor a sudor y a queso rancio, a laca y a Barón Dandy. Por otra parte, la tendera era ya mayor y algo atractiva".
Un fragmento del libro "Mi calle, la calle Pradillo, era un peligro. Allí los jóvenes a bordo de sus ciclomotores iban siempre sin casco. Daba miedo. Pasé por una pescadería abarrotada de marujas, la mayoría eran españolas enjutas, descarnadas y famélicas, de mirada perdida en el cansancio, voces de cazalla y partos que se amontonaban en sus memorias. En la puerta estaban la señora Rufina y la señora Dionisia, ambas vivían en mi portal. Junto a la pescadería estaba la nueva tienda de frutos secos. Decidí entrar allí para ver quien era la nueva dependienta cuya cara me sonaba. La cochambrosa tienda de barrio contaba con paredes de las que hacía tiempo se había apoderado la humedad. La tienducha tenía un olor a sudor y a queso rancio, a laca y a Barón Dandy. Por otra parte, la tendera era ya mayor y algo atractiva".