La importancia del buen desempeño de las relaciones internacionales en el avance
político, comercial y cultural a nivel mundial es primordial hoy día para el logro del
desarrollo integral de las naciones. El Comercio es la base de las economías del mundo, y es necesario para el mantenimiento de la estabilidad social a nivel global. Es importante mencionar que México es el único país en el mundo que ha firmado y mantiene en vigor tratados de naturaleza comercial con países de distinto nivel de desarrollo, con quienes por lo general se establecen compromisos de construir zonas de libre comercio, procurando la integración económica con el fin de eliminar trabas arancelarias al comercio entre el grupo de países signatarios de estos protocolos.
Podría decirse que los tratados comerciales se han convertido en el complemento a la reducción de las barreras comerciales iniciada en la década de los ochenta, ya que en la actualidad son el eje rector de la política comercial e industrial de México: por su conducto se realiza cerca del 90% del comercio exterior mexicano. México se comprometió con el país más poderoso del mundo a crear un Tratado de Libre Comercio, sin analizar cuidadosamente las posibilidades y consecuencias, desde mi percepción a este Tratado le faltó atención para llegar a mejores negociaciones, ya que por una parte no se detallaron los trámites del convenio y mucho menos se pusieron a pensar si estaban preparados para una apertura de esta magnitud; sin lugar a dudas abrieron las puertas a los gigantes de la competitividad, como si el Tratado de Libre Comercio con América del Norte fuese un convenio sencillo, pensaron en su momento que era un convenio prodigioso, fue un tratado novedoso, pero en el presente, después de ya casi 20 años de existencia, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte no cumplió y no ha cumplido con todas las expectativas.
La crisis financiera de Estados Unidos, iniciada en 2008 y propagada en todo el 2009, marcará un hito en la evolución de la economía global. México es la economía más dependiente del consumo de los norteamericanos. Esta crisis se ha convertido en la gran oportunidad para transformar al país. El cambio no será un acto de voluntad, sino una consecuencia de la adversidad. No hay tiempo que perder. Necesitamos actuar hoy para darle una oportunidad de desarrollo real a la mayor generación de jóvenes mexicanos.
Necesitamos un cambio transformacional. Aquel que cambie estructuras económicas básicas y se refleje en los precios de los bienes y servicios que se consumen, pero sobre todo, en los precios de los factores de producción.
Nuestros mayores problemas de competitividad residen en la rigidez observada en
sectores como el energético, laboral y en la tenencia de la tierra; la falta de agua y el mal manejo que hacemos de ésta y del resto de nuestros recursos naturales; nuestra alta dependencia comercial con Estados Unidos; y un sistema político con una crisis de representatividad. La crisis económica mundial del 2009 implica cambios de largo plazo, en especial para México. Además de resolver la crisis económica y mejorar la competitividad, México al igual que el resto del mundo, enfrenta tres grandes restricciones: las nuevas amenazas a la seguridad nacional, el rápido envejecimiento de la población y el calentamiento global.
político, comercial y cultural a nivel mundial es primordial hoy día para el logro del
desarrollo integral de las naciones. El Comercio es la base de las economías del mundo, y es necesario para el mantenimiento de la estabilidad social a nivel global. Es importante mencionar que México es el único país en el mundo que ha firmado y mantiene en vigor tratados de naturaleza comercial con países de distinto nivel de desarrollo, con quienes por lo general se establecen compromisos de construir zonas de libre comercio, procurando la integración económica con el fin de eliminar trabas arancelarias al comercio entre el grupo de países signatarios de estos protocolos.
Podría decirse que los tratados comerciales se han convertido en el complemento a la reducción de las barreras comerciales iniciada en la década de los ochenta, ya que en la actualidad son el eje rector de la política comercial e industrial de México: por su conducto se realiza cerca del 90% del comercio exterior mexicano. México se comprometió con el país más poderoso del mundo a crear un Tratado de Libre Comercio, sin analizar cuidadosamente las posibilidades y consecuencias, desde mi percepción a este Tratado le faltó atención para llegar a mejores negociaciones, ya que por una parte no se detallaron los trámites del convenio y mucho menos se pusieron a pensar si estaban preparados para una apertura de esta magnitud; sin lugar a dudas abrieron las puertas a los gigantes de la competitividad, como si el Tratado de Libre Comercio con América del Norte fuese un convenio sencillo, pensaron en su momento que era un convenio prodigioso, fue un tratado novedoso, pero en el presente, después de ya casi 20 años de existencia, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte no cumplió y no ha cumplido con todas las expectativas.
La crisis financiera de Estados Unidos, iniciada en 2008 y propagada en todo el 2009, marcará un hito en la evolución de la economía global. México es la economía más dependiente del consumo de los norteamericanos. Esta crisis se ha convertido en la gran oportunidad para transformar al país. El cambio no será un acto de voluntad, sino una consecuencia de la adversidad. No hay tiempo que perder. Necesitamos actuar hoy para darle una oportunidad de desarrollo real a la mayor generación de jóvenes mexicanos.
Necesitamos un cambio transformacional. Aquel que cambie estructuras económicas básicas y se refleje en los precios de los bienes y servicios que se consumen, pero sobre todo, en los precios de los factores de producción.
Nuestros mayores problemas de competitividad residen en la rigidez observada en
sectores como el energético, laboral y en la tenencia de la tierra; la falta de agua y el mal manejo que hacemos de ésta y del resto de nuestros recursos naturales; nuestra alta dependencia comercial con Estados Unidos; y un sistema político con una crisis de representatividad. La crisis económica mundial del 2009 implica cambios de largo plazo, en especial para México. Además de resolver la crisis económica y mejorar la competitividad, México al igual que el resto del mundo, enfrenta tres grandes restricciones: las nuevas amenazas a la seguridad nacional, el rápido envejecimiento de la población y el calentamiento global.