La humanidad estará condenada a una constante explotación de sí misma y del medio ambiente que la sustenta, mientras no caigamos en la cuenta de la necesidad de comprometernos en mejorar nuestra existencia y la de los demás. No en ganar más dinero, tener más posesiones o más poder o reconocimiento social; si no en poner nuestros esfuerzos personales y sociales en mejorar nuestra existencia más allá del limitado ámbito material.
Un compromiso que debe empezar por nosotros mismos, con nuestro cuerpo, con nuestras necesidades, con nuestra alma y un compromiso colectivo basado en la responsabilidad, la ética, la solidaridad, la justicia y el respeto.
Un compromiso que debe empezar por nosotros mismos, con nuestro cuerpo, con nuestras necesidades, con nuestra alma y un compromiso colectivo basado en la responsabilidad, la ética, la solidaridad, la justicia y el respeto.