Una mujer camina por las calles de París, ensimismada. A su alrededor, en los escaparates, en las páginas de las revistas, en los estribillos de las canciones que oye, todo parece invitarla a saborear emociones como si fueran una mercancía cualquiera, pero Sophie está cansada de pasar de una cama a otra, esperando que el sexo sea de verdad placentero y dé paso a emociones más hondas. Su relación con los hombres no le ha traído más que problemas, y finalmente decide dejar de actuar y empezar a observar, esperando sin prisas que el deseo se renueve en ella. Ahora, desde la soledad, busca la clarividencia, pero se siente rechazada por amigos y familiares, que ven esta renuncia como algo insólito, sin entender que la vida amorosa es lo que hacemos, pero también lo que dejamos de hacer.
El deseo es una novela de descubrimiento, de polémica frente a ciertas actitudes falsamente progresistas, y es, sobre todo, una reflexión acerca de una sociedad que nos empuja a consumir sexo, más allá de lo que nuestro cuerpo pide y merece.
El deseo es una novela de descubrimiento, de polémica frente a ciertas actitudes falsamente progresistas, y es, sobre todo, una reflexión acerca de una sociedad que nos empuja a consumir sexo, más allá de lo que nuestro cuerpo pide y merece.