Inglaterra, 1884. Coraline Smith ha decidido que quiere estudiar en Oxford. Siempre le han interesado los libros, el saber, pero también el deporte, en especial el incipiente fútbol. El único, pequeño, problema es que una mujer no puede estudiar en esa universidad ni puede tener que ver con el masculino ambiente futbolístico. Entonces, hace lo que cualquier chica haría: se corta el pelo, usa unas patillas falsas, consigue un trabajo de cronista deportivo, ingresa a la vedada universidad bajo el nombre falso de Corl Smith. Todo va bien hasta que se topa, literalmente, con David Flint, su profesor y capitán del novísimo seleccionado inglés.
David Flint es uno de los profesores más destacados de Oxford, reconocido por sus pares y entusiasta entrenador y jugador de la selección inglesa de fútbol. Su vida gira en torno a los libros y al campeonato que se disputa entre Inglaterra, Irlanda, Gales y Escocia. Ninguna mujer lo ha alejado jamás de ese universo que se ha construido. Entonces, no entiende los sentimientos que comienza a desarrollar por ese muchacho un tanto femenino que estudia en Oxford, que va a los entrenamientos, que bebe cerveza con ellos, que se hace llamar Corl Smith.
Sabía que ella no era de ese tipo de mujer. No. Ella solo se disfrazaba de hombre. Coraline era una mujer que luchaba por sus sueños y por lo que creía justo. Una mujer valiente, capaz de afrontar las consecuencias que podría acarrearle la aventura de estar juntos.
Con humor, enredos y una trama que atrapa al lector desde la primera línea, Camille Robertson, en esta tercera novela de la familia Flint, indaga las relaciones entre hombres y mujeres, los roles fijos que la sociedad les atribuye y la magnitud de un amor que hace que un hombre abandone la posibilidad de jugar la final de un campeonato de fútbol.
David Flint es uno de los profesores más destacados de Oxford, reconocido por sus pares y entusiasta entrenador y jugador de la selección inglesa de fútbol. Su vida gira en torno a los libros y al campeonato que se disputa entre Inglaterra, Irlanda, Gales y Escocia. Ninguna mujer lo ha alejado jamás de ese universo que se ha construido. Entonces, no entiende los sentimientos que comienza a desarrollar por ese muchacho un tanto femenino que estudia en Oxford, que va a los entrenamientos, que bebe cerveza con ellos, que se hace llamar Corl Smith.
Sabía que ella no era de ese tipo de mujer. No. Ella solo se disfrazaba de hombre. Coraline era una mujer que luchaba por sus sueños y por lo que creía justo. Una mujer valiente, capaz de afrontar las consecuencias que podría acarrearle la aventura de estar juntos.
Con humor, enredos y una trama que atrapa al lector desde la primera línea, Camille Robertson, en esta tercera novela de la familia Flint, indaga las relaciones entre hombres y mujeres, los roles fijos que la sociedad les atribuye y la magnitud de un amor que hace que un hombre abandone la posibilidad de jugar la final de un campeonato de fútbol.