La puerta cruje: huele a madera y a secretos al entraren el desván... Cualquier cosa puede aparecer a la luzde las luciérnagas que revolotean en el aire cargado depolvo: los trajes olvidados parecen personajes de novelasajenas; las cartas y libros palpitan poesía; los mueblesguardan dentro historias de amor ateridas, como animalitosasustados ante la presencia de un extraño.Hay muchachas tendiendo la ropa en el balcón, y otrasregresando a una pequeña ciudad que ya no es la de su niñez; hay accidentes que son como terremotos para lasvidas de quienes no los han sufrido; una enfermera buscael sentido de la vida en la lejana Holanda y otra mujer loencuentra al calor de la sabana de ?fricaY nos toparemos un niño ciego que se inventa los coloresy con otro, Alcimes, que debe sobrevivir en remotostiempos de trirremes y esclavos. Atentos: los enterradoresnos previenen sobre la medianoche y el niño Jesús de laiglesia se empeña en desaparecer cada Nochebuena... Y está ese amor que ya no huele a margaritas. Y muchosotros hilos de los que tirar en la oscuridad
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